Proteger a los niños

A partir del anuncio de la Corte Constitucional de tumbar la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, se generó una polémica. Para algunos, es reflejo de una sociedad que camina a espaldas de los menores y busca proteger los derechos del delincuente a costa de los más pequeños.

Otros consideran que endurecer las penas no resuelve nada, por el contrario agrava la situación, pues se pueden reducir las denuncias, puesto que muchos de los abusadores hacen parte del núcleo familiar de los menores, lo que generaría mayor impunidad.

No es una decisión fácil, pues más allá de buscar un castigo ejemplar, lo importante es proteger a nuestros niños. En este sentido, debemos trabajar para crear consciencia en torno a que no existe ninguna justificación para consentir el abuso infantil. Sin importar que sea un superior, familiar o cualquier otro, quien agreda a un niño debe tener claro que comete una de las mayores atrocidades.

Si bien es necesario tener leyes claras y contundentes para combatir este flagelo, todo debe empezar con hacer una terapia en la mente social, para que no se consienta, excuse o calle una agresión. Es una tarea que compromete a hogares, colegios y todos los entornos. Nuestros niños son sagrados y deben ser protegidos y amados.

Es lamentable que hayan tumbado la cadena perpetua, pero es más triste advertir que al recurrir solo a ese tipo de leyes para proteger a los niños, significa que los dejamos solos y desprotegidos, pues no hemos sido capaces de formar a la sociedad para que los consideremos la mayor de las bendiciones.