A repensar la movilidad
Controversia ha despertado la propuesta del POT para redistribuir el perfil vial de las principales vías la ciudad, para otorgarles más espacio a los viajes no motorizados (a pie y en bicicleta) así como a elementos del paisajismo.
En la práctica, eso significa quitarles espacio a los carros y las motos, lo que traerá mayor congestión vehicular pero no necesariamente mayores tiempos en la movilidad de personas, pues le da prelación al transporte público, al peatón y la bicicleta con la mayoría de los viajes, distribuidos en 36%, 24% y 7% respectivamente.
Repensar la distribución del espacio vial implica asumir que la movilidad no puede seguir girando en torno al vehículo privado, por lo tanto, tendremos que adaptarnos y actualizar políticas públicas en los sistemas de tránsito.
Los gobiernos locales podrán realizar ajustes a la infraestructura disponible y a los patrones y horarios de viaje para mejorar los flujos de personas. Sin embargo, en el largo plazo será necesario usar herramientas de planificación urbana para cambiar las prioridades en el espacio público y la relocalización de viviendas y oficinas para hacer más eficientes los viajes.
En términos ambientales, se deberán desarrollar políticas verdes para controlar mejor la contaminación del aire causada por los motores a gasolina. No bastará con mejorar el arbolado urbano, también hay que incentivar la movilidad no motorizada, el uso de vehículos cero emisiones y el transporte público.
El éxito o fracaso de todas las iniciativas dependerá del tiempo que tome transformar hábitos y comportamientos en los usuarios y de la apropiación de los temas de innovación digital y tecnología, aliados para sistemas de transporte mucho más eficientes.