1.080 árboles salvados de morir
El Área Metropolitana (AMB) avanza con retiro de las ‘guayas’ que los estrangulaban.
● Desde abril, tras la denuncia hecha por el Diario ADN en la que se pedía retirar un alambre o ‘guaya’ que sostiene el código QR con la identidad de los árboles porque los estaba estrangulando, el Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB) dispuso de una cuadrilla para remover este elemento y adecuar de una mejor manera la identificación en cada uno de los individuos.
A la fecha se han atendido 1.080 plantas en Bucaramanga, de las 52.749 plantas que tiene registradas el AMB, aunque no todas ellas están afectadas. De las 1.080, solo 191 tenían el Código QR, por lo que la autoridad ambiental aprovechó para reinstalar estos elementos para garantizar que no se queden sin su identidad, hacer una actualización del Sistema de Información Georreferenciada (SIG) para tener datos actuales del estado de las plantas, verificar su estado fitosanitario y hasta hacerles mantenimiento a los que tenían, por ejemplo, la planta parásita conocida como ‘pajarito’.
Óscar Pisciotti, ingeniero ambiental de la Subdirección Ambiental del AMB y quien lidera los trabajos, manifestó que ya se han intervenido árboles de la calle 45, la carrera 9, La Salle, La Victoria, San Francisco, la Universidad Industrial de Santander (UIS), algunos parques y plazoletas, donde hallaron árboles a los cuales el alambre los estaba estrangulando.
“Nos encontramos con algunas plantas que ya habían absorbido la guaya, por lo que fue un poco dispendioso su retiro, pero se hizo. Además, se identificaron algunas que estaban afectados por la planta parásita conocida como ‘pajarito’ y se decidió intervenirlos”, precisó el funcionario
del AMB.
Una vez retirada la ‘guaya’, explicó Pisciotti, inicialmente se empezó a instalar un bloque de cemento en el suelo, cerca a la pata del árbol, en el que se pegaba nuevamente la placa con el código QR. Sin embargo, algunas personas, “con el único fin de hacer el daño”, quitaban la placa y desenterraban el bloque de cemento dejando nuevamente al árbol sin identidad y dañando la labor que ya se había hecho.
“Entonces se decidió cambiar el sistema por una puntilla de acero inoxidable de tres pulgadas en la que se pone la señalética. Al clavo se le aplica un cicatrizante para que no afecte la planta”, explicó Pisciotti.
Al respecto, Elkin Briceño,
docente de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y quien inicialmente hizo la denuncia del daño que le estaba causando el alambre a los árboles, señaló que sí ha visto que se inició con el trabajo pero subrayó que su denuncia no fue tenida en cuenta a tiempo, porque desde el año pasado venía advirtiendo de la situación a través de las redes sociales.
“Con la denuncia lo que hicimos fue ayudarle a los árboles pero también a la entidad, porque las plantas se marcaron con el propósito
de que se les haga monitoreo para conocer su estado y atender los problemas si los tienen. Además, se pudo identificar la afectación del ‘pajarito’ que causa daños”, precisó Briceño.
El docente de la UPB alertó que además de la aparición de esta planta parásita ahora se ha visto con frecuencia otra llamada ‘Ojo de poeta’, que es una enredadera que tiene unas flores naranja con negro y “es muy bonita pero agresiva, terminan asfixiando al árbol”, apuntó.
Sobre el ‘pajarito’, el ingeniero Pisciotti explicó que ya se intervienen algunos árboles, los que tienen una condición crítica, y se continuará con este proceso en por lo menos 2.000 plantas más.