Buscan salvar manglares
● El Parque Nacional Galápagos avanza con éxito en su combate a la escama blanca de la higuera, un insecto que chupa la sabia de los manglares y segrega una melaza que favorece la producción de un hongo que debilita las plantas.
Llegado hace varios años por accidente, el insecto no representaba un peligro para las especies protegidas, pero hace cinco años, los expertos comenzaron a detectar características “invasivas, agresivas” en la especie.
Y aunque ahora “no hay señales de alarma” por su presencia, los técnicos han preferido combatirlo antes de que el asunto se salga de control, dijo Christian Sevilla, responsable del proceso de conservación y restauración de ecosistemas en Galápagos.
“La presencia (del insecto) es preocupante especialmente en las zonas de manglar”, pues, además de ser áreas de importancia ecológica porque ahí anidan muchas especies marinas, también son catalogadas como humedales de importancia internacional (sitios Ramsar), dijo.
Según el especialista, se trata de un control y erradicación “preventivo” pues no han detectado “efectos dañinos significativos” con lo cual los métodos para contrarrestar al insecto en este momento son más efectivos y menos costosos.
La escama de la higuera (Ceroplastes rusci), es un insecto que segrega una mielecilla, que ayuda al establecimiento y dispersión del hongo fumagina, que se muestra como un polvo negro parecido al hollín, que cubre las hojas, el tallo y otras partes de la planta, debilitándola, pudiendo llegar a matarla por falta de fotosíntesis.
Según Sevilla, el 30% de los humedales cercanos a zonas pobladas en las mencionadas islas de Galápagos está afectado por el insecto, un porcentaje que representa entre el 5 y el 6% del total de humedales del archipiélago, catalogado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
En toda la superficie del archipiélago (7.800 kilómetros cuadrados) hay cerca de 6.000 hectáreas de humedales.