ADN Cali

Huellas de la cárcel en Gorgona

Recorrido por antiguo penal a donde llevaban los presos más peligrosos.

- Texto y fotos: Juan B. Díaz

La sensación de soledad fue lo que más impactó a José Alirio Martín García al pisar Gorgona en 1978, cuando llegó en un buque de la Armada a cumplir una labor social como estudiante de psicología. Hoy, 40 años después, volvió por una invitación de la misma Armada en reconocimi­ento al trabajo que hizo con los internos en aquella época. Recorrió los pasillos de lo que fue la prisión más temida de Colombia en los años 60 y 70, porque quienes llegaban allí prácticame­nte no volvían a salir y caían en el olvido. Lo que se encontró es que luego de 32 años de estar cerrada la prisión, la isla va recuperand­o su espacio, porque los muros que encerraron a los hombres más peligrosos del país han caído por el paso del tiempo y lo que queda de ellos, es devorado por las raíces de los árboles. En la isla solo habitan los funcionari­os de Parques Nacionales, quienes esporádica­mente reciben visitas de la Armada o de turistas curiosos por conocer algo de historia y un parque natural de gran be-

lleza Uno de en los el espacio país. más impactante­s es ‘El Chamizo’, emen- terio de la prisión n, que si bien está tapado la ve- getación deja una enorme cruz creto rodeada bre de púas, símbo resistenci­a person te al dolor, las y el sacrificio. Jairo León Mazo llegó el 5 de mayo a Gorgona y le el número 362, viembre, cuando había sido declarad monio de la Hum por la Unesco punto de cerrar, pelea con otro morir se convirtió timo hombre allí junto a 75 más. cuperaron sus pero no la libertad

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Una cruz de cemento sobresale por encima de la vegetación en el cementerio ‘El Chamizo’. La naturaleza va devorando los muros de la antigua prisión y poco a poco ha ido recuperand­o su espacio. En los corredores en donde décadas atrás caminaron los internos, se tejen hoy muchas historias de fantasmas. Don José Alirio es un voluntario que llevo ayudas a la isla en su época de estudiante.

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