Espejito, espejito
En las últimas columnas les he hablado del amor propio desde varios aspectos, y hoy quiero hablarles de ese amor hacia nosotros, pero que excede los límites y afecta aspectos de la vida en lo social, familiar, laboral, etc.: el narcisismo.
De acuerdo con la psicología, las personas con este trastorno, se caracterizan por una necesidad de admiración y falta de empatía; es decir, lo que le pase a los demás no les interesa.
El doctor Bruce Stevens clasifica los narcisistas en nueve tipos:
1.- El dependiente: Siente gran necesidad de ser amado y jamás está satisfecho.
2.- El especial: Idealiza el amor y a la persona amada, a quien no ve realmente como es.
3.- El poderoso: Ama el poder y lo expresa humillando a sus empleados.
4.- El cuerpo: Su centro es su físico y piensa que es la solución a todos sus problemas.
5.-El furioso: Se irrita con facilidad y solo ve malas intenciones en los demás.
6.-El estafador: Utiliza a los demás con su encanto personal. Disfruta engañando.
7.-El fantasioso: Los adolescentes se identifican con personajes de sus video juegos para evadir la realidad.
8.-El mártir: Se centra en sí mismo y en su dolor, que nunca supera.
9.-El salvador: Ayuda a los demás, pero pide algo a cambio.
Stevens cuando hizo esta clasificación aclaró: “Sentirse identificado con algunos de estos criterios no significa que padezcamos el trastorno, siempre y cuando no afecte nuestra vida: laboral, social o familiar”.