Desaparecidas
Para comenzar, deseo advertir que esta opinión la hago con la mayor humildad, sin ser una voz representativa de algo, solo un ciudadano preocupado y que propone una reflexión con respeto y ánimo de que sea el comienzo de un camino de sensibilidad, responsabilidad y debate público.
El 2020 trajo nuevos gobiernos, una pandemia, adaptaciones a lo inusual, encierros, un universo distópico ¿No? Hay un asunto que no resulta menor en medio de todas estas cuestiones, particularmente en Medellín, esto es el aumento de las desapariciones de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres. A pesar de que la desaparición no es un hecho nuevo en la ciudad, al que incluso algunas personas se atreven a denominar como “rumbas largas” “escapadas con el novio” y demás afirmaciones cargadas de prejuicios; lo cierto es que cada vez aparecen más llamados para encontrar mujeres perdidas en una ciudad de incertidumbre. La primera desaparición del 2020 sucedió apenas las 12 anunció la llegada de un nuevo año, hoy 20 de enero de 2021, a Luz Leidy Vanegas la seguimos buscando.
Justo para cerrar el 2020, el 31 de diciembre nos despertamos con el desgarrador caso de Daniela Patiño, una mujer joven de 25 años de edad, asesinada y arrojada al río Medellín por su expareja. Estos son dos casos dolorosos y lamentablemente no hay información oficial detallada sobre esta problemática que deriva muchas veces en feminicidios. La pandemia ha visibilizado las múltiples violencias contra las mujeres, tanto en la calle como en sus hogares: hay miedo en cada pálpito y no es nuevo.