Tejiendo hicieron el homenaje a víctimas
LAS INICIATIVAS DE LOS COSTUREROS DE LA MEMORIA REÚNEN A MUJERES QUE RESIGNIFICAN SUS HISTORIAS.
Como un acto de conmemoración durante el Día de las Víctimas, los costureros de la memoria de diversas partes del país decidieron arropar la sede de la Comisión de la Verdad con los tejidos elaborados por cientos de mujeres víctimas del conflicto armado que han venido construyendo desde su interior y desde sus comunidades un trabajo en pro de la memoria y la resiliencia.
La historia de una mujer que, cansada de la violencia, salió de su tierra, sacó la ropa de sus tres hijas asesinadas por paramilitares y decidió hacer con sus retazos una colcha como muestra de su dolor y su lucha, se convirtió en la inspiración de los costureros de la memoria.
En estos espacios las mujeres pueden reunirse, hacer memoria de sus conflictos, de sus tragedias y ausencias y unirlo a través del bordado en el que plasman no solo el dolor, sino también la esperanza.
Nombres, fechas, lugares, son algunos de los elementos que quedan en estos tejidos, resultado de un proceso de sanación, de diálogo, de historias que hoy comparten como una forma de dignidad y de recordar a quienes el conflicto les arrebató.
Si bien el bordado es su forma de expresarse, lo que hay detrás de la tela es un acompañamiento de las víctimas a través del diálogo constante y ejercicios de confección que permiten generar esas narrativas visuales llenas de color, pero, sobre todo, de esperanza de paz.
Marina Salazar es líder del costurero ‘Mujeres haciendo memoria' ubicado en la localidad de Suba. Ella decidió llevar a su barrio esta iniciativa por medio de su párroco hace al menos tres años, y allí, en un pequeño salón, ha logrado que su comunidad también vea en estos tejidos una forma de contar algo y salir adelante.
Aunque la pandemia obligó a que las labores se hagan virtuales, Marina explica que con el esfuerzo de la tecnología se siguieron reuniendo, ahora, poco a poco van retornando a lo presencial. "Nos reunimos alrededor de la costura, pero son historias muy propias las que plasmamos, esto lo acompañamos de charlas y traemos talleristas que nos ayudan a aprender muchas cosas y ellos de manera muy amable vienen porque no hay ni para el refrigerio".
Paola Mususú, directora del Centro de Educación para el Desarrollo de la Universidad Minuto de Dios, explica que a través de procesos educativos se trata de acercar a los estudiantes a este tipo de iniciativas. "Pasa algo muy bonito y es que los estudiantes van con la mentalidad de ayudar, pero termina siendo un proceso mutuo donde los jóvenes aprenden mucho y hasta se atreven a bordar sus historias propias, entonces es una manera de articular los saberes académicos con un saber mucho más comunitario".
Isabel González, investigadora del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia, ha dedicado una parte de su vida a profundizar en estos "textiles testimoniales". Para González, hay una naturalidad o un saber ancestral que ha hecho que las personas se acerquen a los textiles como una forma de
expresarse "Si nos pensamos a ‘Las sufragistas' en Reino Unido o las banderas de los ejércitos, lo textil siempre ha estado contando historias. En Colombia no hay una experiencia única, en muchos lugares al tiempo fue surgiendo esta narrativa para hacer memoria y ha ido tomando fuerza".
“Es dimensionar y valorar una narración que no es textual, que está en la representación de esas imágenes que también se vuelven palabras, es una cosa hermosa, porque te acercas y te das cuenta de que cada uno tiene un sello, como en la pintura uno puede reconocer un Van Gogh, de igual manera uno va viendo que cada costurero va teniendo un modo que uno puede distinguir, así sean piezas colectivas, entonces uno va encontrando esa huella que cada vez se asume y se apropia con más alegría, que no es un conocimiento vergonzante como se pensaba antes, porque son tremendas costureras que han sostenido la vida y que han levantado las familias” explica González.
Los actos públicos donde estos tejidos se han mostrado son una vitrina de una verdad que se construye desde abajo, de una verdad que muestra y denuncia la realidad de muchas mujeres en el país, pero que dignifica al bordarse y que son cada vez más las personas que encuentran en este tipo de "narrativas textiles" su manera de expresarse y denunciar de una manera no victimizamente y a partir una resignificación el dolor causado por tantos años de violencia.
“VALORAR UNA NARRACIÓN QUE NO ES TEXTUAL, PERO QUE TAMBIÉN SE VUELVE PALABRA”.
Isabel González
Investigadora UdeA
“REUNIDOS ALREDEDOR DE LA COSTURA, PERO SON HISTORIAS MUY PROPIAS LAS QUE PLASMAMOS”
Marina Salazar
Líder costurero Suba