VIVAMOS CADA SEGUNDO DE LA MATERNIDAD
Hoy me urge gritar al viento que el amor verdadero sí existe. Hasta la llegada de Matías no había sentido algo similar: los bebés son maestros que arriban para mostrarnos que la vida es hoy, es ahora.
Hola a todas mis lectoras, qué felicidad encontrarnos de nuevo en este espacio que tanto ta quiero, VitalmenteConCaroCruz para la Revista ALÓ.
En esta edición quiero tocar un tema que es, hoy por hoy, el pilar de mi vida, y es el ser madre: una experiencia maravillosa e increíble. Dar vida, mirar a Matías y preguntarme: "¿Cómo es posible que este chiquito tan hermoso se haya formado dentro de mí y que e ese amor que experimento se multiplique día a día?". Muchas veces pienso que me estaba p perdiendo la posibilidad de ser mamá, después haa hago una pausa y entiendo que todo llega en el momento correcto y de la mano de Dios. Si huu hubiera tenido un hijo antes tal vez no tendría la madurez que tengo ahora para guiarlo y no lo disfrutaría tanto como lo hago. Tengo claro que ser madre ha cambiado mi punto de vista frente a la vida y lo que me rodea; la sensibilidad que te da un hijo es única. Esa vida llega para iluminarte, enseñarte y darte cátedra de sencillez y agradecimiento; es la bendición más grande.
Hoy me urge gritar al viento que el amor verdadero sí existe. Hasta la llegada de Mati no había sentido algo similar: los bebés son maestros que arriban para mostrarnos que la vida es hoy, es ahora, y que por eso hay que exprimirla al máximo.
De esta hermosa época que estoy viviendo tengo muchas anécdotas, unas más especiales que otras. Como la gran mayoría de mujeres, sentí miedo apenas supe que estaba embarazada, ya que un hijo es una gran responsabilidad y no sabía si iba a ser buena o mala mamá, pero les confieso que los tiempos de Dios son tan perfectos que apenas empecé a sentir sus movimientos creciendo dentro de mí, todo surgió naturalmente, comencé a seguir mi instinto y desde ese momento descubrí lo que debo y no debo hacer.
También quiero contarles que cuando nació volví a sentir miedo, no sabía cómo manejar cada segundo al lado de él y comenzaron a surgir nuevas preguntas: "¿Seré buena alimentándolo? ¿Voy a producir leche? ¿Me dolerá?". Tuve muchas dudas sin respuesta, pero es que toda experiencia es distinta, y la respuesta solo nos la da el tiempo, que se convierte en nuestro gran aliado.
Que se duerme poco, que duele lactar, que es traumática la cesárea... Solo puedo decir que todo vale la pena. Las mujeres somos unas berracas y tenemos más poder del que creemos, por eso el único consejo que les puedo dar es que disfruten al máximo cada segundo de la maternidad, desde el mes uno hasta el momento de tener a nuestros hijos en brazos y caminar de la mano por este maravilloso universo.
Las quiero mucho, mamitas. No se comparen con nadie porque cada una es diferente, así que nuestra historia será única e irrepetible.