TEST MATERNAL
¿Eres o tienes una mamá tóxica?
Desde la lógica y el sentido común, las madres deben ser amorosas, dedicadas, generosas, presentes activamente en las vidas de sus pequeños. Sin embargo, no siempre es así, algunas son mujeres controladoras, inestables, egoístas e incluso ausentes; son las llamadas mamás tóxicas. La psicóloga Susan Forward en su libro Padres que odian los define como "aquellos que, por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas, desde la infancia hasta la adultez". Para Forward, los padres tóxicos son personas egoístas, que solo piensan en sí mismas, que llegan a envidiar los logros de sus hijos y compiten con ellos en todos los entornos. No les gustan sus amigos, sus profesores, ni las parejas que eligen. Ellos quieren ser el centro de atención.
El verdadero problema radica en que muchas veces no nos damos cuenta de que algunos de nuestros comportamientos podrían acercarnos peligrosamente a estos perfiles negativos. ¡Con la ayuda de este test te mostramos cómo identificarlos y superarlos!
1
Tu hija te llama emocionada para contarte que su novio le acaba de proponer matrimonio de la forma más romántica del mundo; tú: a. Te conmueves profundamente no solo por la noticia sino porque ella te haya llamado de inmediato para contarte. La felicitas, le deseas toda la dicha del mundo y comienzas a generar ideas para la gran celebración.
b. Le dices que esas decisiones no se pueden tomar a la ligera y que no estás de acuerdo con que dé ese gran paso sin consultarlo contigo. ¡Nunca has confiado en su criterio! c. No te encuentra en casa, pero te deja un mensaje; tú, al escucharlo, solo piensas que es su vida y no la tuya y que esas decisiones solo le afectan a ella. ¡Pero en el fondo sabes que la verás arrepentida! d. Aunque la felicitas, no puedes dejar de pensar en que te hubiera encantado recibir una propuesta igual. ¡A ti ni anillo te dieron y tuviste que conformarte con una boda sencilla y un vestido de segunda!
2
Es el día del grado de tu hijo mayor y cuando en su discurso te agradece por tus esfuerzos para que él llegara hasta este punto, tú: a. No puedes parar de llorar, el orgullo se te sale por los ojos y solo puedes pensar en el maravilloso futuro que le espera. b. Por supuesto que ya conoces el discurso porque le exigiste que te lo mostrara antes; no ibas a permitir que dijera cosas que no son. ¡…l te necesita, no importa que ya se esté graduando! c. No las escuchas porque no asistes a la graduación, te quedaste en la oficina trabajando… Ahora que entra a la universidad vas a necesitar más dinero y este no crece en los árboles. ¿De qué le sirve que estés ahí cuando haces más produciendo?
d. Sabes que mereces esto y mucho más, total, has hecho todo por él y lo mínimo que puede hacer es darte ese reconocimiento público. ¡Por si acaso, grabas su discurso y se lo enseñas a todo el mundo!
3
Para tu cumpleaños, tus hijos deciden invitarte a comer a tu restaurante preferido; tú: a. Te sientes feliz, qué mejor manera de celebrar un año más de vida que junto a los tuyos, mucho más cuando sabes que hacen un esfuerzo para complacerte. b. Todo está controlado… por ti, por supuesto. Les dijiste a dónde llevarte, qué comprarte y qué ponerse. Además, te aseguras de que hagan suficientes fotos para que puedas presumir con tus amigas tu gran celebración.
c. Les dices que no tienes tiempo porque debes trabajar, pero la realidad es que prefieres pasar el día sola en un spa; ya tienes que estar en casa el resto del tiempo, lo justo es tomarte unas horas para ti.
d. Aceptas la invitación, pero no es suficiente. Entonces les pides que te compren el bolso que tanto querías y un par de perfumes. ¡Es su oportunidad para demostrarte cuánto te quieren!
4
Tienes una fuerte discusión con tu hija porque no te gusta que consienta tanto a tus nietos, y ella argumenta que tiene derecho a educarlos como considere que es mejor; tú: a. Esperas a que las cosas se calmen y hablas con ella. Si bien es cierto que ella tiene su propio criterio para educar a sus hijos, no está de más que escuche tus consejos y saque sus propias conclusiones. ¡Después de todo, ella no salió tan mal con tu guía!
b. Es inconcebible que una niñita crea que sabe más que tú en materia de crianza. Por eso decides no volver a hablarle hasta que acepte su error y reconozca que tienes toda la razón. c. No puedes entender por qué es tan consentidora, ella casi nunca te expresó cariño y tú no lo necesitaste. ¿Por qué ellos si habrían de hacerlo?
d. Sientes que tus nietos se están echando a perder. Para que crezcan sanos necesitan aprender a ser independientes y ella de paso podría dedicarte más tiempo a ti y a tus necesidades.
5
Tu hija se encuentra en una difícil situación económica y te pide ayuda mientras sale del apuro; tú: a. Le ayudas, por supuesto, en su momento de dificultad y aprovechas la oportunidad para hablar con ella y expresarle tu preocupación por la forma en que está manejando el dinero. ¡A veces hace falta recordarles a los hijos las prioridades! b. Dices que vas a ayudarle, pero con la condición de que en adelante te consulte cada uno de sus gastos. No puedes mantenerla mientras ella gasta de forma indiscriminada. c. En realidad ella no se atreve a pedirte dinero porque casi nunca tiene contacto contigo, y aunque te enteras por otra persona de su situación, prefieres ignorarla y dejar que salga adelante sola. d. Te niegas, ya hiciste suficiente por ella en el pasado y ahora tienes todo el derecho del mundo a pensar en ti y solo en ti. ¡Esto le enseñará a ser más cuidadosa con el dinero!
6
Tu hija está próxima a cumplir los esperados 15 años y está superemocionada con la celebración; tú: a. Estás igual. Llevan meses planeando juntas cada detalle. Siempre soñaste con verla feliz y más bella que nunca el día de sus 15.
b. Claro que van a celebrar, pero has decidido todo sin consultarlo con ella. ¿Qué puede saber ella de fiestas? Además, eres la que paga y la que tiene mejor gusto en la casa. c. No tienes tiempo para planear una gran fiesta ni para pensar en sorpresas, pero en cambio le das una buena suma de dinero para que lo gaste en lo que quiera o para que salga con sus amigas de paseo, seguro disfrutará mucho más ese plan. d. En algún momento de la planeación te convertiste en el centro de atención. Has gastado más tiempo y dinero en tu vestido que en el suyo, pero igual sientes que lo mereces, nunca tuviste una fiesta así.