Camila Barreneche
Lo suyo fue amor a segunda vista… La chef y modelo Camila Barreneche y el empresario Israel Somej confiesan que son almas gemelas, y luego de una unión civil se casaron bajo el rito judío. Así celebran el mes de Amor y Amistad.
Como pocas mujeres, Camila Barre- neche puede decir que ha logrado todo lo que se ha propuesto en la vida. A los 31 años, esta sanandresana ha conquistado pasarelas internacionales, la gastronomía vegana, el coaching en salud y, sobre todo, el corazón de su gran amor: el empresario Israel Somej.
Camila comenzó su carrera como mo- delo a los 15 años y trabajó con diseña- dores colombianos como Hernán Zajar, e internacionales como Custo Barcelona. A los 18, decidió estudiar nutrición ho- lística en Miami, y más tarde, cuando re- gresó a Colombia, ingresó a la Escuela de Aviación de Los Andes en Bogotá. Podría decirse que su historia ha ido siempre en ascenso, pero es ahora cuando esta chef y piloto se encuentra en su mejor momento.
En el 2016 se comprometió con su no- vio, Israel Somej, y se casaron por lo ci- vil en febrero del 2017. En diciembre del mismo año ingresó al mercado de pro- ductos veganos con su propia compañía, y el pasado 2 de septiembre reafirmó su amor por el empresario de 37 años en una boda tradicional judía en el Centro Israe- lita de Bogotá.
Hablamos con la bella emprendedora y nos contó su historia de amor con Israel, así como los motivos por los cuales deci- dió convertirse a la religión de su esposo.
¿Cómo y cuándo conociste a Israel?
En Colombiamoda, en el 2015. En ese momento yo estaba muy activa en el mo- delaje y había pasado de la alta costura a la parte textil, porque tengo un tío que trabaja en esa industria. Un día de la feria él me vio sentada por ahí, se me acercó y empezó a hablarme.
Se diría que fue amor a primera vista…
Fue amor a segunda vista, porque nos conocimos, salimos a comer con amigos en común y volvimos a vernos hasta seis meses después. Entonces nació el amor.
¿Cómo te cautivó?
Yo era un poquito rebelde y llevada de mi parecer. Acababa de salir de una rela- ción un poco tormentosa y no quería que nadie me dijera ni me preguntara nada, pero esos primeros meses de noviazgo él tuvo mucha paciencia, se tomó el tiempo para conocerme. Los primeros meses de relación los vivieron a distancia.
Él vivía en Panamá y yo en Bogotá, pero nunca dejamos de vernos ni un fin de se- mana. Él venía uno y yo iba el siguiente, y en el 2016, después de año y medio de tantos viajes, decidimos que lo mejor era que él viniera a vivir acá.
¿Cómo te propuso matrimonio?
Estábamos en un hotel en Panamá que se llama El Otro Lado y me invitó a dar un paseo en bote en la noche. Recuerdo que yo tenía el pelo rosado y habíamos hecho unas fotos de sirenas en el mar. De repente sonaron fuegos artificiales y él sacó el anillo y me dijo '¿te quie- res casar conmigo?' Israel es judío y tú adoptaste esa religión. ¿Sus planes de casarse influyeron en esa decisión?
No, simplemente me nació. Con- vertirme al judaísmo nunca fue un requisito para casarnos, como normalmente sucede. Yo crecí cre- yendo en Dios, pero sin practicar ningún credo, y cuando empecé mi relación con Israel, él estaba muy alejado de su fe, entonces empe- cé a leer historia y me enamoré de su religión. Yo decidí hacer todo el proceso y motivarlo para que se acercara nuevamente al judaísmo. ¿Tu familia lo tomó bien? ¿Tienen una buena relación con él?
Sí. En mi familia lo aman, lo ado- ran. Creo que lo quieren más que a mí (risas). Ustedes ya se habían casado por la vía civil en febrero del 2017 y este domingo finalmente se casaron en una ceremonia judía. ¿Cómo fue la boda?
La wedding planner fue Re- nee Cohen, que es una gran artista. Tuvimos una decora- ción tipo silvestre, con mucho verde y un almuerzo a base de plantas que estuvo a cargo de la chef Denisse Monroy. Mi vesti- do lo diseñó Jorge Duque, y el atuendo de Israel lo creó Lina Cantillo.
¿Dónde será su luna de miel?
Queremos irnos para Israel dos semanas, aunque aún no sabemos la fecha exacta. Yo no conozco ese destino y amaría visitarlo, por obvias razones. Además, quiero conocer al abue- lito de Isi, que vive allá, tiene 96 años y lo amo. ¿Han considerado convertirse en padres?
Sí, queremos tener tres hijos. Finalmente, ¿cuáles son tus sueños junto a Israel en los próximos años?
Felicidad, armonía y que nuestras empresas sigan cre- ciendo. No hay nada que su- pere la tranquilidad.
Todo lo hacemos juntos y nos encanta, no nos parece que sea demasiado. Somos mejores
amigos”, revela Camila.