El infalible LBD ‘made in’ Colombia
Nueve diseñadores presentarán su propia versión del ‘little black dress’ (pequeño vestido negro) en una pasarela organizada por el Hotel Sofitel Bogotá Victoria Regia. Revista ALÓ estará presente en la gala con atmósfera francesa.
Ese clásico ‘vestidito negro’ que revo- lucionó la moda femenina en los años 20 y que hoy resulta indispensable en el cló- set de cualquier mujer es la pieza como- dín que será homenajeada por varios di- señadores colombianos el próximo 13 de septiembre en Bogotá.
Sinónimo perfecto de versatilidad, esta prenda tendrá su propia gala en el Hotel Sofitel Bogotá Victoria Regia, proyecto liderado por Delphine Thébaud, gerente de marketing, quien busca seguir afian- zando los lazos entre Colombia y Francia con apuestas como esta: “Con el ánimo de rendir un homenaje al ‘petite robe noi- re’, invitamos a los diseñadores Daniella Batlle, Lina Cantillo, Jorge Duque, Isabel Henao, Andrés Otálora, Faride Ramos, Ángel Yáñez, Hernán Zajar, Diego Guar- nizo & María Luisa Ortiz a diseñar su propio traje negro”, revela.
Los creadores mostrarán sus versiones de la icónica pieza en una pasarela en el interior del hotel, a la que asistirán di- plomáticos, empresarios y conocedores de la industria de la moda: “El reto de crear su propia prenda será una excelen- te motivación para que las colombianas se apropien aún más de esta prenda sofisticada y atemporal y para seguir afianzando los lazos entre ambas naciones”, complementa Thébaud.
Una pieza de colección
¿Por qué es la prenda más todo- terreno de todo el guardarropa femenino? “El vestidito negro se ha convertido en la prenda es- trella, esa que toda mujer debe tener en su armario. Pero, ade- más, se trata del 'comodín', con mayúsculas, ya que te permite ir perfecta de la mañana a la no- che solo jugando con los com- plementos”, asevera Thébaud. La pionera en el diseño de esta icónica prenda fue Coco Cha-
nel (1883 – 1971), la modista francesa que hizo de su nombre un imperio y que aún es fuente de inspiración para la industria de la moda a nivel global. Durante siglos, el negro había estado reservado para el luto y la vestimenta de los sirvientes, pero Coco –cuyo verdadero nombre era Gabrielle– cambió para siempre ese paradigma y le dio a este color un nuevo significado: so- briedad, buen gusto y libertad.
En 1926, la revista Vogue USA publicó un boceto de un vestido negro en crepé de China, con mangas largas y angostas, firmado por Chanel, y predijo que esta prenda se convertiría en el “uniforme para todas las mujeres de buen gusto”. Con los años, dicha profecía no ha deja- do de cumplirse: la actriz Marilyn Mon- roe lució un clásico vestido negro de coctel en la película The Asphalt Jungle en los años 50; la británica Audrey Hepburn inmortalizó un diseño de Hubert de Givenchy, he- cho en satín italiano, en la pelícu- la Breakfast at Tiffany’s en 1961, y década tras década, esta pieza se ha ido reinterpretando en cientos de formas distintas.
Es referente de elegancia y comodidad y ha trascendido como una apuesta segura para un sinfín de ocasiones, pero no deja de sorprender gracias a que diseñadores de todo el mundo se han atrevido a crear una versión propia, evento que buscan institucionalizar en el país gracias a esta iniciativa.