¿Soltera empedernida? o ¿cazanovios al acecho?
En algún momento de la vida, la mayoría de las mujeres nos preguntamos ¿Por qué no tengo pareja? ¿Por qué no me duran las relaciones? ¿Por qué solo levanto por Tinder? La respuesta a esa pregunta está en la forma en que te proyectas ante los demás. Autoconfianza y saber lo que queremos son actitudes claves.
Muchas
mujeres pasan su vida en búsqueda del amor perfecto: incondicional y mágico, un hombre que las haga sentir únicas. Mientras que otras, sin darse cuenta, encuentran la manera de alejar a cuanto personaje se acerca con intensiones serias. ¿Las razones? Búsqueda de la independencia, miedo al compromiso, no tienen claro lo que buscan, se enfocan en su desarrollo profesional. ¿Perteneces a uno de estos grupos? o ¿te mueves más bien con las que esperan a la persona precisa en el momento indicado? Responde este test para saber en cuál te ubicas.
Te vistes con prendas que te hagan sentir bella y segura, lo más importante es ser tu misma. Durante la cena le cuentas sobre ti, pero prestas atención a los comentarios sobre sus gustos y su vida en general. Y aunque al final de la velada le das tu número, no aceptas salir nuevamente con él tan pronto. Es mejor conocerse en calma y ver qué pasa.
Sales temprano de la oficina para ir a la peluquería, te pones pintalabios rojo y una blusa más bien reveladora. Durante la cena analizas cada uno de sus movimientos y gestos. Además te aseguras de contarle todo sobre ti para captar su interés. Al final lo invitas a una nueva cita al día siguiente para tomar un café, no quieres perder tiempo valioso.
Luego de salir con un hombre durante 3 meses, te invita a conocer a sus padres durante un almuerzo en la finca, definitivamente se está poniendo serio, tu:
Te aterras, son ese tipo de situaciones las que quieres evitar. Al final le dices que tienes una reunión que surgió de improviso en la oficina y no puedes faltar. ¡Ni loca te vas a exponer a tanta presión!, además estás en un momento de ascenso en el trabajo y no quieres distraerte con nada.
Aunque todavía no sabes para dónde va la relación, sientes que conocer a sus padres es una buena manera de acercarse. Además no puedes negar que te causa cierta curiosidad conocer a su familia.
Lo recibes y le ofreces al atento caballero que se siente con ustedes. Te parece un hombre guapo y crees que la mejor manera de conocerlo es en una conversación tranquila en grupo para disminuir la presión.
Dejas a tu grupo de amigas y te sientas a solas con él, no quieres correr el riesgo de que una de las chicas le atraiga más que tú. Al final de la noche incluso has puesto fotos de ambos en tus redes sociales con el #amoraprimeravista
Cambias de trabajo y al llegar a la nueva oficina, notas que un compañero se fijó en ti, hasta que un día te invita a salir, tú:
Lo rechazas de inmediato con el argumento de que quieres concentrarte en tu trabajo y en un pronto asenso. No estás para perder tu tiempo con alguien que de seguro no te va a gustar. Le dices que prefieres conocerlo un poco mejor antes de salir en ese plan. Y procuras hablar con él cuando tienes la oportunidad. Luego de unos meses mirarás si sientes feeling o no. Aceptas de inmediato. Los días posteriores tratas de hacerte visible dejando mensajitos y pastelitos en su escritorio. Además empiezas la costumbre de almorzar juntos todos los días para que todas las chicas de la oficina se enteren de que están saliendo. ¡Aléjense de él!