EL SOLDADO DESCONOCIDO
El 27 de junio, las Farc se desarmaron. Aunque no existió la imagen de combatientes rindiendo los fusiles y recibiendo a cambio un apretón de manos, las fotos de los periódicos y las imágenes transmitidas por televisión sí mostraron a los delegados de chaleco azul de la onu inventariando las armas, de varios estilos y calibres. Así se demostró que, en efecto, la guerrilla más antigua de América dejaba de operar como fuerza militar, y con ello se abre el camino para que se acabe por fin otra de las varias guerras civiles de Colombia.
La foto de arriba se remite precisamente a una de ellas, la Guerra de los Mil Días. El protagonista es un soldado liberal, es decir, del bando que en ese entonces se oponía con las armas al gobierno. Calza alpargatas campesinas y lleva puesta una chaqueta sin insignias, cruzada por un carriel en bandolera. En las manos sostiene un larguísimo fusil Grass con la bayoneta calada. El escenario tan cuidado –con telón de estudio y escenografía– y la limpieza de la indumentaria insinúan una puesta en escena. Este guerrillero no es real. En Antioquia las operaciones cesaron en marzo de 1900, el mismo año en el que se tomó esta fotografía. Quizás Melitón Rodríguez, el fotógrafo, quiso dejar constancia de algo que ya había sucedido y caracterizó a un personaje. No lo sabemos. De esta imagen solo hay una anotación escrita a punzón sobre el negativo de vidrio: Francisco L. Osorio. Real o no, es un soldado desconocido; representa al campesino raso que siempre ha peleado nuestras guerras.