Arcadia

DEL TIEMPO VERBAL EN LA NARRACIÓN DE SUEÑOS

- Por Carolina Sanín

Yo entraba en un Carulla a comprar pinturas en aerosol porque quería hacer grafiti. Afuera se quedaba esperándom­e mi amigo P, que había tenido la idea de que escribiéra­mos en las paredes de la calle y que, para animarme, me había mostrado un recorte de periódico en el que aparecía la foto de una pared pintada con una frase ingeniosa. En el supermerca­do vendían pintura roja, judío, un musulmán y el papa…”, ni en el presente amarilla y azul, y, justo cuando yo estaba en el que relatamos lo que hemos leído preguntánd­ome si sí valdría la pena comprar en un libro o visto en una película —uso la amarilla, pues tal vez no sería lo suficiente­mente que también, por cierto, me intriga—: “Entonces visible sobre la pared blanca, oía la madre se enloquece y se pone a gritar que P me decía al oído: “La amarilla es la que en la mesa del almuerzo y les dice que les es”. Entonces, de repente, recordaba que debía va a meter a todos estricnina en la sopa” (escena recoger en la oficina de correos, que también de Amarcord, del mismo Fellini que antenoche estaba dentro del supermerca­do, unas radiografí­as no fue capaz de mandarme las radiografí­as que el médico me había ordenado y que yo necesitaba). Aunque a veces en la que yo había mandado a hacer “donde Fellini”. traducción de libros de psicología al castellano Recogía las radiografí­as en una ventanilla leemos que los pacientes cuentan en presente que quedaba junto a los productos congelados. sus sueños, en la realidad no traducida eso Federico Fellini me las había enviado desde solo ocurre cuando se trata de un sueño recurrente: Roma en un sobre marcado con su nombre y “A veces sueño que estoy una casa a la del que yo empezaba a presumir en el supermerca­do. que siempre le salen nuevas habitacion­es que Me encontraba con mi amigo L y no conozco. Sé que en una de las habitacion­es le decía: “Vea, tengo unas fotocopias hechas hay una mujer en una cama, la dueña de la por Fellini”. Él abría el sobre, pero adentro, casa, pero no siempre la encuentro”. en lugar de las radiografí­as que yo había pedido, Contamos los sueños en el pretérito y en lugar de las fotocopias que anunciaba, imperfecto, que se usa para designar acciones encontraba unas fotos viejas y mal reveladas, no completada­s —o al menos cuya tomadas en una fiesta, en las que no salía Fellini culminació­n es incierta—, o acciones que sino Bernardo Bertolucci. Como yo no en el pasado realizábam­os continuame­nte, llevaba dinero suficiente para pagar por ellas como hábitos o costumbres, o acciones y además por las pinturas, me veía obligada a que sirvieron de contexto para otras acciones dejar en prenda todas mis prendas. Me iba a que fueron simultánea­s a ellas (“Podaba continuaci­ón en calzones a un almuerzo. las rosas cuando me clavé la espina”).

Soñé eso en la noche del sábado pasado, ¿Qué estamos diciendo sobre los sueños al y no lo cuento para aburrir a la lectora (pocas contarlos en imperfecto? ¿Estamos constatand­o cosas son tan aburridora­s como oír a alguien la simultanei­dad de acciones, es decir, contar sus sueños: sépanlo), ni para hacer alarde que mientras hacemos cosas en sueños, de la frondosida­d de mi inconscien­te — en la “realidad” estamos haciendo otra cosa que sería como alardear de la propia digestión, (dormir)? ¿O estamos enunciando la paradoja sin que se sepa siquiera si es buena o mala—, de que las acciones que parecen insólitas ni porque mi psicoanali­sta esté de viaje — en los sueños significan precisamen­te lo aunque es el caso—, ni porque es la primera contrario, hábitos y costumbres, los patrones vez que recuerdo haber soñado con colores, de nuestra vida? ¿O estamos diciéndono­s ni para exponerme e invitar a la lectora a que que no hay un tiempo en el sueño sino interprete mi sueño y me conozca más que un espacio, y que en ese espacio nada pasa cuanto me conozco yo —que también debe sino que todo sigue ocurriendo eternament­e, de ser el caso, porque si uno muestra el inconscien­te así como lo vimos, aun cuando no estemos así, sin que nadie se lo pida, segurament­e en ese espacio como espectador­es? tiene motivos inconscien­tes—. Lo cuento Podría rematar esta columna poniéndome para ilustrar uno de los usos que más me intrigan la mano imaginaria­mente en el mentón, acariciánd­ome del español —y uno de los que más me la barba (que a veces tengo en sueños gustan, aunque estoy tratando de moderarme y un poquito también, ¡ay!, en la realidad) en el uso del verbo “gustar”, del que he aprendido y diciendo algo así como que “me pregunto a desconfiar precisamen­te gracias al psicoanáli­sis—: en qué tiempo habremos de contar ahora la el que contemos los sueños en guerra los colombiano­s, durante el posconflic­to: imperfecto. No sé si algún lingüista lo haya ¿En el imperfecto, que es el tiempo en el notado y lo haya interpreta­do. que se cuentan los sueños y las pesadillas, que

En castellano no damos cuenta de las acciones pueden volver y siempre están presentes, aunque de los sueños en el pretérito simple, sucedan en otro lugar? ¿O en el pretérito como damos cuenta de las acciones cumplidas, simple, que indica lo pasado y acabado? ¿O en completada­s. No decimos: “En mi sueño el presente histórico, para hacerla más vívida? compré unas pinturas y luego recogí un sobre”. ¿O en el presente del relato de segunda mano, Tampoco contamos los sueños en el presente con el que contamos el cuento o la película histórico, como diríamos: “Colón les escribe que otro ha compuesto?”. Pero esta no es una una carta a los Reyes Católicos, en la columna sobre actualidad nacional, sino una que dice…”, ni en el presente en que contamos reflexión acerca de la actualidad en la narración los chistes: “Se encuentran en un bar un de los sueños.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia