RECIBÍ LA REVISTA
Arcadia n.o 141 del mes de junio y con sorpresa y mucha extrañeza me di cuenta de que ustedes no publicaron mi carta de mayo 29 acerca de un comentario que hice al artículo de Sandra Borda titulado “Manifiesto de una mujer soltera”.
No quiero juzgar, no sé las razones que ustedes tuvieron para no publicar mi carta, en el mejor de los casos supongo que pudo haber sido falta de espacio u otras cartas más importantes, o muchas cartas sobre el mismo tema, no sé; sin embargo, sí me gustaría saber cuál fue la razón por la cual mi carta fue descartada.
Si ustedes fueran tan amables de indicarme si es que no reúno las cualidades o aptitudes para opinar, cuáles son sus parámetros de opinión o cómo deben ir los comentarios a las diferentes columnas o artículos que salen en la revista, que, a decir más, son estupendos. Por ejemplo, la revista de este mes sobre esa Colombia diversa llamada lgbti, que no he leído aún a fondo, pero sí la hojeé, me parece buenísima. Los felicito por sus artículos tan metidos en nuestra época, simplemente tan de moda y que son temas, que si bien no compartimos, estamos en la obligación de instruirnos para poder opinar.
Me gusta mucho opinar y comentar, y ustedes, con su revista, me han dado la oportunidad de hacer esto. Por eso me sorprendió tanto la ausencia de mi carta en el número de este mes. Quisiera un respuesta, creo que me la deben.
Atentamente,
Ndlr. Estimada Alba, gracias por su carta. No publicamos la pasada, pues en general elegimos una carta por tema, entre quienes nos escriben. Un saludo cordial.