Mujeres al frente Una belleza imaginaria y fugaz
Trip Hop y Pop: dos mujeres inventan el camino musical de una escena cada vez con más liderazgos femeninos. Catalina Santos y Laura Román en una nueva entrega de esta serie dedicada a visibilizar la creatividad y la fuerza de las músicas colombianas.
Laura Román es la voz líder de Durazno, una banda con presencia en los listados de las emisoras pop rock del país y en algunos de los festivales más importantes de Colombia. Su presentación como agrupación telonera de la estrella internacional Katy Perry la hizo visible entre los aficionados. Por otro lado está Catalina Santos, cuyo proyecto electrónico, Miahush, ha podido ser visto en escenarios locales e internacionales, incluyendo eventos en Buenos Aires, São Paulo y Berlín, a donde volverá en pocos días para presentarse por segunda vez en el certamen Pop-kultur Nachwuchs.
Estos dos talentos hablan desde esquinas diferentes de lo amplio e interesante que está el espectro artístico de la capital colombiana, y confirman nuevamente las sospechas con las que empezó esta serie de entrevistas: las voces y talentos femeninos bogotanos están marcando un camino y todos los días muestran que la avanzada musical está de su lado.
CATALINA SANTOS (MIAHUSH): PLACER VIAJERO
La suya es la historia de una mujer que no quiere quedarse quieta. Se le asoman gestos felices cuando habla de sus viajes, sus anécdotas con diferentes audiencias. Un deleite que la envuelve cuando da detalles de sus presentaciones en distintos continentes. Catalina viene de un hogar donde siempre hubo música. Gracias a su madre, la primera canción que aprendió a tocar con la guitarra fue Guantanamera. También se vio rodeada de la música anglo que escuchaban sus tíos, grabaciones de los Beatles y Cat Stevens.
Su primera presentación pública fue a los 7 años en el auditorio escolar, frente a 3.500 personas, durante la semana cultural de su colegio. Montó con dos amigas, vestidas todas con ombligueras blancas, su propia versión de Don’t speak, de No Doubt. Su madre, al conocer su talento, la cambió al colegio Rochester, una institución afín al desarrollo de las artes. Ahí fortaleció sus aptitudes para la música y la danza. Al graduarse se fue a Buenos Aires. Llevó consigo la guitarra de su madre. Inicialmente iba a estudiar Diseño Gráfico, pero al poco tiempo se cambió a la Escuela de Música Contemporánea, donde le despertaron su espíritu creativo experimental. Por su convivencia con otros músicos y por su asistencia a fiestas y festivales de house y drum&bass, descubrió el uso del Groovebox, un aparato musical que incluye una caja de ritmos, un lanzador de samplers y un sintetizador, que permite crear loops electrónicos. Ahí se metió de lleno con la música electrónica.
Al regresar a Bogotá, y después de tener insatisfactorias experiencias con bandas, comprendió que lo suyo estaba por el lado individual. Al descubrir su software favorito, Ableton Live, y al darse cuenta de la posibilidad de poder hacer música por su cuenta, creó lo que ella considera su mejor excusa para explorar la música: Miahush. Al poco tiempo lanzó su primer EP, Dance the Unspeakable, cuatro canciones que se aproximaban al trip hop y al hip hop. Catalina describe lo suyo como la suma de melodías dulces en medio de armonías oscuras, con beats pesados que favorecen la danza. Ella igual siente, desde entonces, que lo que hace en Miahush trasciende la frontera de los géneros.
El estreno en vivo de su proyecto se dio en el marco del ciclo Conectados, organizado por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, por sugerencia del periodista Daniel Casas. Ahí, en pleno barrio La Candelaria, confirmó el regocijo que le da el ejecutar su música en concierto. Su primer
show como Miahush se llenó por completo y atrajo amigos y comentaristas especializados.
Catalina ha tenido la oportunidad de comprobar, a través de sus viajes, las sensaciones que provoca su música en públicos diferentes. Su tema Pura ligereza, una composición que describe como contemplativa, gusta mucho entre la audiencia nórdica, pero no en Brasil. Catalina afirma que ahí es donde comienza a disolverse el concepto de buenas y malas canciones. Se trata, según ella, de encontrar a dónde pertenecen las canciones, dónde funcionan, buscar su nicho.
El año pasado fue seleccionada para presentarse en el evento alemán Pop-kultur Nachwuchs, un certamen organizado por el Musicboard Berlin. Fue además escogida por el Goethe Institut para participar como uno de los diez talentos mundiales patrocinados por dicha entidad cultural en una experiencia de diez días de conferencias, ruedas de negocios y presentaciones, con todos los gastos pagos. Y en Berlín captó algo que la hizo sentir cómoda: ahí lo raro es normal. Estaba en una ciudad donde la música sirvió para reconstruir el espíritu de sus habitantes después de la guerra. Sintió que recibió una respuesta contundente del universo ante sus dudas artísticas.
Catalina tiene su corazón siempre de viaje. Comprende que su música la ha convertido en una ciudadana del mundo, y Miahush es su pasaporte. Este año ha sido invitada nuevamente a Alemania y volverá a viajar en pocos días. Ahí espera extender su recorrido lo más que pueda.
LAURA ROMÁN (DURAZNO): PLACER SONRIENTE
Laura narra su vida a cuentagotas, y a medida que va ganando confianza, se extiende poco a poco en el relato de sus experiencias, desde sus primeros momentos musicales en su casa natal en Bucaramanga, hasta la reciente presentación de sus nuevas canciones, con las cuales ha ido posicionándose rápidamente en un mercado que es difícil y hostil como el bogotano.
A pesar de su timidez y de no saber entonces si cantaba o no correctamente, a los 9 años fue seleccionada para participar en el coro del colegio. En esa misma época, descubrió su atracción hacia la guitarra al tocar una pieza destartalada que encontró durante el trasteo de una amiga de su madre. Con instrumento en mano, comenzó a componer sus primeros temas. A los 16 años conoció un productor local que la ayudó a grabar un compilado de canciones, que fueron dando resultados inesperados en las emisoras de su ciudad. Poco después conoció a Andrés Cupabán, o Cupa, con quién comenzó a tocar buscando formar una banda, ya que nunca le atrajo realmente la idea de ser solista. A los 19, al ver que su amigo Cupa se venía a Bogotá a probar suerte con su carrera, decidió venirse también. Al poco tiempo, Laura armó una banda, La Beltek, con Mauricio Colmenares, exguitarrista de Juanes, ahora reconocido por ser el líder de la popular banda Revólver Plateado.
Pocos meses después, cuando sintieron mutuamente que el proyecto se agotaba, se separaron. En ese momento, Laura se dio cuenta de la necesidad de formar una banda donde pudiera ejercer un poder de decisión amplio. Su proyecto se comenzó a llamar Durazno por una de sus canciones, del mismo nombre. Entonces conoció a Leonardo Castiblanco, quien desde hace un tiempo también toca con Aterciopelados, y junto a Enrique Collazos y su antiguo amigo Cupa le dieron forma definitiva a la agrupación.
Laura define el sonido de su banda como pop en esencia pura. Lo llamativo para el oyente es que lo que escucha de esta agrupación sí es pop, pero sin las arandelas prefabricadas de una industria repetitiva. En Durazno nadie pone pose de diva, y todo se hace efectivamente conmovedor, pero sin las grandilocuencias que escuchamos dentro de los listados top 40 de las radios más comerciales. Su objetivo principal es lograr hacer canciones que calen en la gente sin abandonar la actitud de respeto que merece la audiencia. Sus temas calan en la gente porque se sienten sinceros, porque los hacen personas normales que comparten con la gente el transporte público y los conciertos masivos. En vivo, al contrario de lo que algunos podrían sospechar, logran una corrosión instrumental inesperada que, a su vez, se combina efectivamente con la ternura contenida por la presencia y la voz de Laura.
Durazno lanzó su primer EP en 2012. Al año siguiente logró clasificar a las jornadas finales del festival Rock al Parque. En 2014 lanzó su primer álbum. Al poco tiempo, comenzó a llamar la atención de algunos empresarios de espectáculos y fue incluida como banda telonera del espectáculo que la artista norteamericana Katy Perry dio al norte de Bogotá en 2015. En dicho evento, Durazno superó las expectativas. En lugar de ser ignorados o insultados por el público, sus miembros recibieron los aplausos merecidos de la audiencia. Laura describe ese como un momento bisagra, donde ella y su banda se dieron cuenta de su potencial y de todo lo que se podía conseguir con la música.
Esa experiencia de todas maneras les planteó la necesidad de mejorar muchos aspectos de su sonido y su presencia visual. Con el dinero que recogieron por dicha presentación, Durazno decidió invertir en la grabación de un nuevo sencillo, Lo bueno de hoy, bajo la producción de Andrés Saavedra, reconocido profesional que ha trabajado con artistas como Luis Fonsi, Alejandro Sanz y Tommy Torres. También hizo un video, dirigido por Iván Peña, que tuvo miles de visualizaciones en las redes sociales.
Hace pocos días, Durazno estrenó un nuevo sencillo, Todo lo que soy, también producido por Saavedra, que rápidamente ha llegado a los primeros puestos del ranking de la emisora pública Radiónica. Durazno está construyendo poco a poco su nuevo álbum, que, de manera autogestionada, lanzará en los próximos meses.
Laura no ha parado de sonreír durante toda la entrevista. Ella misma se sorprende de todo lo que ha pasado a su alrededor y de cómo, de manera sencilla, ha logrado que su banda haya obtenido los resultados deseados. Detrás de Durazno no hay un estratega experto ni un sello multinacional que los sostenga, pero, al ver la calidad de su material y la aceptación lograda entre los aficionados, su futuro, aún ejercido desde la independencia, está garantizado.