PALABRAS, PALABRAS

EN SEPTIEMBRE, ANDRÉS CARNE de Res buscó a Colectivo Animal, un grupo que hace música y shows infantiles, para que ofreciera dos conciertos el 28 y el 29 de octubre en el restaurante. Después de pasar un documento con el presupuesto y los requerimientos técnicos, el grupo apartó las fechas. Luego el restaurante canceló el primer concierto, a pesar de que la agrupación, conocida por su disco Un bosque encantado, había rechazado propuestas del Mambo en esas mismas fechas. Diez días antes del concierto, el grupo se enteró, por una publicación en una red social, de que Andrés Carne de Res estaba cotizando presentaciones para la fecha del concierto de Colectivo Animal.

Pero eso no fue todo: un seguidor le mandó al grupo una foto de la publicidad del evento del restaurante, que mantuvo un nombre parecido al del colectivo (“El bosque encantado de Andrés”) junto a una imagen promocional también similar. Camila Rivera, del colectivo, nos dijo: “Varios fanáticos nos dijeron que la imagen era confusa. Además de que nos cancelaran las fechas, nos impactó ver que habían sostenido el nombre de nuestro show para su evento. Aunque no creemos que Andrés lo haya hecho de mala fe, y aunque no pretendemos tomar acciones legales de ningún tipo, nos parece irrespetuoso. Debería haber mucho más cuidado de empresas grandes como esta y sus potenciales proveedores. Queremos que a los artistas se nos respete por nuestro trabajo. Somos un grupo pequeño, independiente, no tenemos disquera que nos respalde”.

Andrés Carne de Res respondió con una carta en la que se disculpaba por lo sucedido. En ella, sin embargo, decía que no existía ninguna relación entre “El bosque encantado de Andrés” y “Un bosque encantado”. Días después de lo sucedido los representantes de Andrés Carne de Res y la agrupación se reunieron. Los músicos pidieron dos cosas: que se les indemnice porque el restaurante incumplió el contrato verbal al haber cancelado los conciertos y que Andrés Carne de Res se disculpe públicamente por lo sucedido. A Camila le quedó una lección, no volver a confiar en la palabra en temas de negocios. Pero rescata que gracias a ese malentendido pudo darse cuenta de que el Colectivo Animal y su Bosque encantado tienen muchos seguidores. Y además, “una empresa gigantesca como esa no solo nos quiso copiar, sino que además al final no pudo hacerlo”.