EL JOVEN FOGOSO

El hombre retratado en la fotografía es Álvaro Uribe Vélez, en ese entonces bachiller del Instituto Jorge Robledo. En la foto todavía es el “joven fogoso” del que habló Clara López cuando contó que había tenido un noviazgo fugaz y juvenil con él.

La foto es de 1971. Es una de esas típicas imágenes de mosaico de graduación, en las que las personas se convierten en adultos solemnes, a pesar de su juventud. En términos fotográficos, nada en la imagen es destacable. Es particular solo por el hecho de que el retratado llegó a ser presidente, y por el siguiente acontecimiento.

Desde hace unas semanas, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín exhibe ese retrato en el espacio público como parte de una exposición retrospectiva cuyo tema es la democracia. Para ello, se reprodujeron fotografías de personajes y acontecimientos políticos de todos los sectores y tendencias: desde Piedad Córdoba hasta el general Rojas Pinilla cuando era dictador. Entre las cerca de 60 imágenes y documentos exhibidos, el panel que contiene este retrato de Álvaro Uribe ha sido el único vandalizado. Una y otra vez. Cachos de diablo, colmillos, labios rojos y coquetos. Inclusive escupitajos. Exhibirlo se ha convertido en un problema. Tanto, que una persona tuvo que ser encargada para ir día de por medio a limpiar el panel.

“Fascista”, dice el último letrero, escrito con uno de esos marcadores cuya tinta resiste al trapo con alcohol.