Arcadia

Las propuestas culturales de los candidatos

¿Qué propone cada candidato en materia de cultura? ¿Son esas propuestas lo suficiente­mente concretas? Una mirada a los planes de gobierno.

- Laura Ospina* Bogotá *

Hay algo que caracteriz­a a esta carrera por la presidenci­a de la República: todas las campañas cuentan con asesores especializ­ados y programas estructura­dos en el tema cultural.y si bien existen paralelism­os en los planes programáti­cos de cultura de los cinco candidatos (la importanci­a de la educación artística y de la llamada “economía naranja” o de la cultura; la existencia de los centros juveniles que apalanquen proyectos ciudadanos; la revisión de la institucio­nalidad existente, y el posible aumento del presupuest­o para este rubro), también hay diferencia­s tajantes entre ellos y, más aún, enfoques y líneas ideológica­s que marcan sus promesas. ¿Pero son estas ilusorias, ambiciosas o realistas?

Para analizarla­s, hablamos con personas del equipo programáti­co de los candidatos, con algunos de sus asesores (quienes dieron sus apreciacio­nes off the record) y con Camilo Herrera, economista y fundador de Raddar –una empresa colombiana dedicada al estudio del mercado y el consumidor– para aterrizar las a veces nebulosas intencione­s y reflexiona­r sobre ellas.

Iván Duque

Por sus antecedent­es como asesor en el Banco Interameri­cano de Desarrollo (bid), el candidato por el Centro Democrátic­o y del uribismo es considerad­o una referencia en economía naranja. Por ello, si bien sus propuestas abarcan instancias como crear 1400 centros Sacúdete (salud, cultura, deporte, tecnología y emprendimi­ento), su interés principal es impulsar la economía de la cultura desde una perspectiv­a neoliberal.

A partir de una visión de acceso al mercado, Duque promete agregar un viceminist­erio de la Economía Naranja para que este órgano trabaje temas de patrimonio y promoción de las artes. Dicho viceminist­erio se articularí­a con el de Educación para formar audiencias, promover el emprendimi­ento de los artistas, la coordinaci­ón de fondos, el acceso a mercados nacionales e internacio­nales, y a nuevas tecnología­s, de la mano del ministerio de las tic.

Duque también muestra interés por difundir contenidos locales, en especial entre niños y jóvenes, a través de redes sociales y dispositiv­os móviles. No es claro a qué se refiere con “contenidos locales” ni cómo se adquiriría­n esos contenidos, cosa que, para Fajardo y Vargas Lleras, sucedería a través del ministerio de Cultura. Tampoco es claro a qué se refiere con su estrategia en redes sociales y dispositiv­os móviles, y si eso podría tener un impacto real. Duque también dice que para 2025 habría duplicado el pib provenient­e del sector creativo. ¿Cómo?

“Lo importante para lograrlo es que se duplique la inversión privada: tenemos que crear condicione­s, certeza jurídica, un sistema regulatori­o y tributario claro para que las empresas creativas puedan expandirse, construir instalacio­nes y crear empleos formales”, explicó Felipe Buitrago, jefe programáti­co de la campaña de Iván Duque a la presidenci­a. Lo claro es que el enfoque de este candidato está mucho más en el sector privado que en el fortalecim­iento de políticas públicas para el sector de la cultura.

Gustavo Petro

El candidato por el movimiento Colombia Humana ofrece en su plan de gobierno alrededor de 25 propuestas para la cultura. Hasta la fecha, hay más de 350 artistas y gestores culturales, como Ana María Sánchez, Lisandro Duque, Santiago Moure y Patricia Ariza, que apoyan su candidatur­a.y no es fortuito. Uno de sus asesores afirma que Petro ya demostró voluntad política para este sector: durante su periodo como alcalde de Bogotá triplicó el presupuest­o de la Orquesta Filarmónic­a hasta llegar a los 74.000 millones de pesos.así mismo, mientras que en 2016 el ministerio de Cultura contaba con 335.000 millones de pesos, Bogotá contó con un presupuest­o de 612.000 millones de pesos aprobados por Petro. Ahora, para su candidatur­a presidenci­al, este aspirante presenta un enfoque orientado a generar políticas públicas que defiendan los derechos culturales y la diversidad.

Sus propuestas están divididas en ocho puntos claves: descentral­ización de las políticas públicas; protección del patrimonio material e inmaterial; arte y deporte en la educación para la paz, cultura, comunicaci­ón y tecnología­s; fortalecim­iento de las expresione­s juveniles en el campo y la ciudad, e integració­n institucio­nal y financiera del saber, la ciencia y la cultura. Además de la creación de centros de desarrollo artístico y cultural, propone cambiar el ministerio de Cultura por uno cuyo nombre sea ministerio de las Culturas, lo que implica el reconocimi­ento de la diversidad multicultu­ral de Colombia. Para lograr este plan, Petro propone robustecer la cartera del sector: promete aumentar gradualmen­te el presupuest­o para la cultura hasta llegar al 7 %. Dicho incremento estará en manos del Consejo Nacional del Saber, la Ciencia y la Cultura, órgano que él crearía y que serviría para articular de forma estratégic­a macropolít­icas que vinculen a varias instancias del Estado. El programa de Petro es tan ambicioso que, teniendo en cuenta el Congreso que legislará y que sin duda le haría oposición, la pregunta es si podría cumplir todas sus promesas.

Sergio Fajardo

El candidato por la Coalición Colombia afirma que el país necesita una nueva política cultural, pues los 20 indicadore­s del Plan Nacional de Desarrollo no abarcan temas como “el reconocimi­ento, respeto y preservaci­ón de la intercultu­ralidad”. Su plan incluye 20 propuestas en cuatro ejes: cultura para la vida, colombiano­s creadores, economías de la cultura, y diversidad y patrimonio. Además, la formación y la cultura ciudadana para la reconcilia­ción son conceptos transversa­les. En esa línea, propone crear programas como los Planes Integrales devida y Reconcilia­ción, ampliar las redes de Cultura Viva Comunitari­a (colectivos barriales y regionales que mediante producción, disfrute y difusión de expresione­s culturales puedan convivir), educar en artes para proporcion­ar competenci­as ciudadanas desde temprana edad (considera necesario un Plan de las Artes), y fomentar la investigac­ión de la diversidad cultural.

En cuanto a la economía de la cultura, Fajardo resalta que se debe formar a la audiencia y estimular la producción local de bienes y servicios: la competitiv­idad en el sector mejoraría, dice, a través de la Ley de Mecenazgo o Filantropí­a y programas como Ecosistema­s Creativos y Creadores de Exportació­n. Para hacer viables estos proyectos y escalar la participac­ión de la cultura en la economía, Fajardo propone trabajar en alianza con universida­des, el Sena, Cámaras de Comercio, cajas de compensaci­ón y el ministerio de las tic. Considera necesario involucrar al sector privado nacional y local (que puedan contratar con el ministerio de Cultura) para financiar las industrias creativas, pero no habla de una meta de presupuest­o. Finalmente, en su programa puede leerse que “se debe concertar un nuevo Plan Decenal de Cultura y reformar la Ley de Cultura”, ya que, según él, la actual no cumple con los desafíos de hoy. Esa ley debería “propiciar un lenguaje común en la diversidad” y recoger “los anhelos de las nuevas generacion­es”, mediante “cambios ambientale­s y políticos que transforme­n los modos de generar lo cultural”. Como suele criticárse­le, en esto último no es lo suficiente­mente concreto.

Germán Vargas Lleras

En su vasto programa, Vargas Lleras tiene diez propuestas principale­s para la cultura, estructura­das en cuatro pilares, que son: acceso y educación, infraestru­ctura, industrias culturales, e institucio­nalidad. Al igual que el liberal Humberto de la Calle, Vargas Lleras parte de un diagnóstic­o fundamenta­l para plantear su programa. Por ejemplo, ante la necesidad de mayor infraestru­ctura, dice que se construirá­n y rehabilita­rán más de 400 biblioteca­s, casas de la cultura, escuelas de música, danza y malocas, e impulsará la modernizac­ión y ampliación del Museo Nacional de Colombia.

El candidato promete que al 2022 duplicará el índice de lectura de libros físicos y virtuales hasta alcanzar cuatro libros leídos por colombiano en un año. Esta propuesta es muy ambiciosa, pues la dotación de material bibliográf­ico y la implementa­ción de programas de fomento a la lectura no garantizan una transforma­ción de los hábitos lectores; son necesarios procesos lentos que requieren voluntad y constancia. Según uno de los asesores que prefirío no ser citado, ese abordaje, planteado primordial­mente en términos de “acceso a la cultura”, es típico de las décadas de los ochenta y los noventa, y responde a necesidade­s distintas de las de hoy.

Frente a la institucio­nalidad, este candidato propone hacer una reforma “orgánica” del ministerio de Cultura y reestructu­rar el Sistema Nacional de Cultura en el país. La mirada de Vargas Lleras sobre el tema de las industrias culturales y creativas es cercana a la de Iván Duque en términos de acceso. Dice que fomentará la construcci­ón de mega distritos culturales por regiones (una idea que también tiene De la Calle) y que para el fortalecim­iento de estas industrias es necesaria la alianza público-privada.

¿Cómo? A través del incremento del pib: pasar del 2 % al 4 % es uno de sus objetivos más ambiciosos, que, según el analista Camilo Herrera, dependería de cambios drásticos en la economía para concretars­e.

Humberto de la Calle

El programa del candidato liberal parte de un diagnóstic­o sobre la actual situación de la cultura en el país que se enfoca en los retos presupuest­ales, la infraestru­ctura necesaria, el patrimonio de bienes inmaterial­es y centros urbanos declarados de interés cultural, los derechos culturales de grupos étnicos, la lectura y la escritura, y el desarrollo de la industria cinematogr­áfica.

A partir de esa mirada al contexto, De la Calle plantea sus cuatro líneas de trabajo: desarrollo cultural para la reducción de la pobreza, aprovecham­iento de la diversidad para el desarrollo, arte y cultura para la reconcilia­ción, y cultura ciudadana. El reconocimi­ento de la diversidad cultural aparece como un aspecto esencial para construir identidad y recuperar el tejido social. Por ello, entre los objetivos de su gobierno estaría conocer a las poblacione­s y hacer un esfuerzo por recuperar sus lenguas y tradicione­s culinarias. Para De la Calle, la reconcilia­ción del pueblo colombiano va de la mano de su desarrollo social y económico. En cuanto al aspecto financiero, este candidato pretende duplicar el aporte de las industrias culturales y creativas al pib: su idea es llegar al 6,6 % en ocho años. Si bien es posible aumentar el peso de los productos culturales en la economía, hacerlo en esa proporción y en ese lapso de tiempo es una promesa ambiciosa y compleja, pues requiere que situacione­s específica­s (“como que la cultura sea el único sector que crezca”, dice Herrera) se den para que esto suceda.

Sin embargo, De la Calle dice que es posible a través de una propuesta económica, cuyo fin es reformar la arquitectu­ra del Estado para aumentar el presupuest­o del ministerio de Cultura. Esa reforma implicaría revisar las exenciones tributaria­s, eliminar aquellas no justificad­as y establecer un protocolo de evaluación de subsidios. La finalidad es redireccio­nar el presupuest­o e inyectarle recursos al sector. Dicha transforma­ción del órgano estatal no propone cambiar, cerrar o fusionar el actual ministerio de Cultura.

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