CARTAGENA, SITIO DE MEMORIA
Sitio de Memoria y Conciencia Afro es un proyecto de la Unesco creado para rastrear la historia de la esclavitud africana y enmendar los daños históricos producidos a la población afro. En Colombia existen siete lugares declarados “Sitios de memoria para la reparación histórica”. Uno de ellos es Cartagena, ciudad en la que el Ministerio de Cultura realizó un acto para reconocer el aporte de las comunidades afrocolombianas a la diversidad cultural. El reconocimiento consiste en una serie de placas situadas en diferentes lugares de la ciudad que conmemoran la herencia africana. Hablamos con Moisés Medrano, director de Poblaciones del Ministerio de Cultura, sobre el proyecto.
Bóveda Plaza de los Coches, Cartagena de Indias, mayo de 2016. En este lugar, cuando se conmemoraba el mes de la herencia africana, el Ministerio de Cultura realizó un acto de reconocimiento a las comunidades afrocolombianas por su aporte a la diversidad cultural de Colombia. El proyecto central de la Unesco se llamó Cartagena, Sitio de Memoria y Conciencia Afro, que reveló cómo se puede reparar y reescribir la historia para tratar de enmendar daños históricos, a través de 19 piezas ubicadas en diferentes espacios de la ciudad que recordaban dónde tuvo lugar la esclavización.
¿Por qué desarrollar un proyecto para contar dónde hubo esclavización en Cartagena?
La esclavización hizo un énfasis en un campo de la vida de la gente, la abolición de la esclavitud siguió poniéndolo ahí: la pertenencia étnico-racial, esa idea de necesitar que no se tenga humanidad para poder esclavizar. Eso se hizo con una serie de dispositivos materiales, pero también con símbolos como señalar, escribir, nombrar peyorativamente algo de la cultura del otro.
Con el trabajo que hicimos en Cartagena, en la ciudad donde empezó todo, encontramos que cada sitio fue importante para el proceso de esclavización; la virtud fue hacer un ejercicio de reparación histórica.
¿Qué quisieron proponer como reflexión a ciudadanos y viajeros?
El primer asunto es la existencia de esas piezas museográficas. Hay turistas y viajeros. Los turistas van con un guía y conocen la ciudad que les muestran; los viajeros, construyen sus propias historias. Entonces, así en Cartagena tengamos más turistas que viajeros, nosotros quisimos hacer una demarcación de un hecho histórico que había sido invisibilizado en la ciudad; marcar el territorio de los afrodescendientes en Cartagena, primer lugar donde un afro puso un pie en la ciudad.
Se eligieron textos de Zapata Olivella y de Burgos Cantor para hacer un acercamiento a la literatura, que es del poder suave que tiene la cultura. Cada sitio cuenta una historia que antes de ese trabajo no estaba narrada. Para hacer un trabajo de apropiación, contamos con el apoyo del Instituto de Patrimonio Cultural de Cartagena y un colectivo que se llama Conservar. Las piezas están ubicadas en casas habitadas por ciudadanos en Cartagena; ellos les recuerdan a los habitantes lo importante de que en sus casas esté ese recuerdo de lo que pasó con los afro allí. Lo simbólico es fundamental en el proceso de entender al otro.
Además de lo museográfico o curatorial, de lo artístico, ¿qué logra una acción de este tipo?
Si no hay una perspectiva de reparación histórica para equiparar a los ciudadanos negros, afrodescendientes, raizales y palenqueros en Colombia, no hay políticas que puedan resolver históricamente este tema. Estamos hablando de un atraso en economía, en la participación política, del poco reconocimiento de los saberes de las comunidades en ciertos contextos de la sociedad, buena parte de ellos encontrados en Cartagena. Reconocer estos sitios busca enviar un mensaje de que sí se pueden adelantar proyectos de reparación histórica, que son diferentes a los procesos de reparación de la tierra. Estamos hablando de resarcir hechos históricos que dañaron la vida de comunidades de la sociedad colombiana.