“La memoria depende de quién recuerda”
La cultura tiene al menos dos tareas centrales en esta etapa del país: acompañar los procesos de memoria histórica e imaginar una nueva sociedad. ¿Cómo encarar estos desafíos? Cinco gestores culturales opinan.
Cuál debe ser el papel de la gestión cultural en el posconflicto? Ante múltiples posibilidades de respuesta, hay una que resuena en diferentes organizaciones del país: la cultura debe ser un espejo renovador que nos permita remendar la identidad estrujada y degradada por la guerra. Si el país institucional siempre ha estado muy afanado por crear estrategias publicitarias que pretenden lavar nuestra imagen en el exterior, la cultura podría ser una de las instancias para mejorar la imagen en el interior, y desde los cimientos. Esto no es nada distinto a clavar la mirada sobre sí mismos.
Mirarnos a los ojos implica preguntarnos varias cosas: ¿cómo se debe tratar la memoria histórica? ¿Cómo podemos reconstruir el universo cultural de las comunidades que perdieron sus costumbres por la violencia? ¿Cómo se deben acompañar los procesos de resiliencia? ¿Por qué organizar eventos artísticos es una opción estéril en el posconflicto? Cinco gestores culturales que trabajan en diferentes zonas del país y en campos distintos respondieron a estas preguntas.