EL ESLABÓN PERDIDO DE COLTRANE
El pasado 7 de junio se hizo un anuncio que conmocionó al mundo del jazz: el sello Impulse!, casa grabadora de los discos determinantes del virtuoso y espiritual John Coltrane (1926 – 1967), lanzaría una grabación en estudio completamente inédita del saxofonista, referenciada en discografías oficiales sin que nadie supiera hasta el momento su paradero. El 29 de ese mismo mes apareció en el mercado Both Directions at Once: The Lost Album, la esperada publicación. El disco, bautizado así por una frase que Coltrane le dijo a su colega saxofonista Wayne Shorter, según la cual las improvisaciones deberían partir de la mitad para cobrar vida en dos direcciones a la vez, habría desaparecido para siempre si no hubiera sido por la sana costumbre del músico de llevarse a casa una copia de sus grabaciones en estudio. En el ático de su primera esposa, Juanita Naima Grubbs, apareció una cinta monofónica de siete pulgadas, registrada en el estudio del productor Rudy Van Gelder de Nueva Jersey el 6 de marzo de 1963, apenas un día antes de la grabación del muy exitoso trabajo de Coltrane con el cantante Johnny Hartman. Más allá de dos composiciones totalmente inéditas y con el nombre de su número de catálogo (11383 y 11386), el disco contiene piezas que habían aparecido en grabaciones en vivo o en compilaciones, así como los primeros esbozos de un tema que se convertiría en clásico unos meses después, en el álbum homónimo Impressions. La campaña de lanzamiento de Both Directions at Once:the Lost Album incluyó aviso de página entera en The Newyorktimes y un comercial de televisión en el prime time de CNN, algo inimaginable para promocionar una grabación de jazz. Pero valió la pena: 55 años después de su registro y 51 de la muerte de Trane, el álbum perdido es hoy la grabación más exitosa del músico, con una proyección de 100.000 unidades vendidas en cd; también fue lanzado en lp y logró llegar al puesto 21 del top 200 de la revista Billboard.aunque abundan los bootlegs en concierto de Coltrane tras su paso por diferentes formaciones, festivales y casas disqueras (de hecho Sony Music lanzó este año la sexta parte de una serie de conciertos del músico con Miles Davis de principios de los años sesenta), este álbum está llamado a eternizarse en su calidad de grabación oficial. Perdida, sí, pero a diferencia de las demás, oficial.