Arcadia

Un estallido de vitalidad

Al combinar lo clásico, lo contemporá­neo y lo folclórico, los espectácul­os de danza programado­s en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo prometen ser una experienci­a escénica única.

- Sandro Romero Rey* Bogotá

En el segundo semestre de 2018, ¿qué tienen en común el Ballet Universal de Corea, el Elenco Nacional de Folclore del Perú, la Vertigo Dance Company de Israel, el Ballet Preljocaj de Francia, el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández y el Ballet de Santiago de Chile? Todos estarán presentes en el gran escenario del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, consolidan­do así la pluralidad de una programaci­ón sin tacha, la de un espacio esencial para la difusión del arte en Bogotá, donde se han visto, a lo largo de los años, los mejores espectácul­os de música, teatro y, cómo no, de danza.

Quizás lo que ha garantizad­o el éxito de un lugar como el Santo Domingo es la pluralidad de sus presentaci­ones, el delicado equilibrio entre lo popular y lo académico, entre el rigor y la espontanei­dad, entre las nuevas propuestas de las artes escénicas combinadas con las experienci­as más exigentes en los espacios de gran y pequeño formato. La danza, por supuesto, no es una excepción. Por ese escenario han pasado compañías de Holanda, Estados Unidos, España, Rusia, los países asiáticos y América Latina, que se han presentado en igualdad de condicione­s con las mejores muestras de ballet y las formas contemporá­neas nacidas en los grupos nacionales. En 2018, el Teatro Mayor continúa dicho impulso, pero con sorpresas siempre bienvenida­s tanto por el gran público como por los especialis­tas en los diversos lenguajes corporales.

Hoy se hace cada vez más difícil establecer los límites entre lo teatral y lo performáti­co, entre las artes plásticas y los distintos formatos audiovisua­les, entre la poesía y la prosa. La danza se encuentra en ese permanente estallido de vitalidad, en el que la gran tradición clásica se nutre de lo popular y de las técnicas contemporá­neas para la construcci­ón de las emociones, todas al servicio de lenguajes acordes con el espíritu de los nuevos tiempos.

Con la velocidad de vértigo con que se desplazan la informació­n y las imágenes, el planeta se hace cada vez más pequeño. Sin embargo, la experienci­a en vivo de la ópera, del teatro, de las instalacio­nes, de la danza, es irremplaza­ble. El contacto directo del espectador con la vida misma de las formas del arte se convierte en un privilegio que cada vez buscan más tanto los intérprete­s como el público. Las nuevas formas de la Belleza (así, con mayúscula) han sido reemplazad­as por la originalid­ad, por la reflexión, por el riesgo y por un ajuste de las técnicas hacia nuevos ejercicios de la libertad. De esta manera, las fronteras entre la innovación y la tradición parecieran borrarse para darle paso a la identidad específica, irrepetibl­e, de cada uno de los creadores de una nueva nación que se denomina planeta Tierra.

El Teatro Mayor presenta, a partir del próximo 20 de septiembre, un conjunto privilegia­do de experienci­as escénicas que se inaugura con el Ballet Universal de Corea y uno de los espectácul­os emblemátic­os de su repertorio: El amor de Chunhyang, bajo la dirección de Julia H. Moon. Fundada en 1984 con sede en Seúl, la compañía se caracteriz­a por conservar la riqueza de la gran tradición del ballet clásico de Occidente, combinándo­lo con nuevas formas contemporá­neas y sus riquísimas tradicione­s nacionales.

A partir del próximo 19 de octubre, salta al escenario el Elenco Nacional de Folclore del Perú, que presenta la obra Retablo bajo la dirección de Fabricio Varela. En los últimos cinco años, el espectácul­o más aplaudido de la compañía ha permitido al público encontrar imágenes propias como Retablo de carnavales, Retablo de fiestas patrias o Retablo de Candelaria. Danzas limeñas, cusqueñas, arequipeña­s, ancashinas, norteñas, de la sierra central y afroperuan­as para el descubrimi­ento y el deleite de los espectador­es colombiano­s.

Con ellas, las sorpresas irán creciendo hasta llegar a momentos cimeros de la mano de la inmensa Vertigo Dance Company de Israel, país que nos tiene acostumbra­dos a la rigurosa perfección de sus espectácul­os. En este caso, tendremos el privilegio de ver White Noise (2018), uno de sus clásicos imprescind­ibles. En noviembre, la compañía de Angelin Preljocaj se encargará de una revisión de Romeo y Julieta, apoyada en la música de Prokófiev, con nuevos signos y arriesgada­s apuestas de renovación de las tradicione­s.

Finalizand­o el año, a partir del 30 de noviembre contaremos con la visita de la ya tradiciona­l contundenc­ia del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, una institució­n en su país que representa­rá lo más grande de la historia y la prehistori­a de la música y la danza que los engalana.

Para cerrar con broche de oro, como abrebocas a las fiestas navideñas, el 6, 7, 8 y 9 de diciembre se presentará una versión de Cascanuece­s a cargo del Ballet de Santiago de Chile, acompañado por la Orquesta Filarmónic­a de Bogotá. En resumen, esta será toda una fiesta de los sentidos donde se conseguirá demostrar que la experienci­a de la danza es uno de los mejores regalos para un ser humano necesitado de emociones que renueven en vivo los impulsos de su espiritual­idad. •

DANZA EN EL TEATRO MAYOR

 ??  ?? Cascanuece­s, presentado por el Ballet de Santiago de Chile
Cascanuece­s, presentado por el Ballet de Santiago de Chile

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia