BILLIE EILISH, FENÓMENO POP
Millones de personas en el mundo pudieron leer los labios de Billie Eilish refunfuñando. La cámara de los premios Grammy de este año –y también la de los Óscar– la enfocó mientras la joven artista de Los Ángeles esperaba, desparramada en su silla, el anuncio del ganador del álbum del año.
Eilish parecía no querer ganar. El gesto de la artista de dieciocho años, cubierta del cuello a los pies con un traje baggy marca Gucci entre negro y dorado, parecía mostrarlo. Ganar significaba llevarse el cuarto premio de la noche y pasar a la historia como la artista más joven nominada a los premios más importantes, y la primera mujer en ganarlos. Eso implicaba, a su vez, una cantidad de visibilidad y fama que tal vez Eilish no quería del todo.
Esa noche pasó de ser una joven que canta y compone desde los trece años, y que ha tenido éxitos fugaces en plataformas de video y audio, a una estrella pop legendaria que conquistó el mainstream global con su (apenas) primer álbum de estudio, When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, producido en su casa con su hermano Finneas O’connell.
En cuestión de días, Eilish pasó de artista a fenómeno.aunque a muchos les cueste explicarse el salto repentino, Eilish tiene todos los elementos necesarios para ser una estrella.y el primero de ellos es precisamente que canta en código pop, y por eso sus audiencias son tan amplias. Tiene, además, un talento musical que la industria mide entre lo oscuro y lo desparpajado, y que recuerda los mejores días de artistas como Lorde o Lykke Li, cantantes pop que ampliaron la audiencia con un sonido más alternativo que convocaba a públicos más freaks.
Elish es así mismo una artista de la generación Z que se acerca a los más jóvenes sin ser infantilizada, pero que no es tan joven como para trazar una brecha imposible con los millennials o ser sexualizada (tal vez es que no se ha dejado). Es una mujer que está formándose mientras construye ante los ojos del mundo una identidad menos artificiosa que la de Britney Spears en una luna forrada en látex, que a muchas nos tocó mientras crecíamos.
Eilish es una ídola pop para un momento en que la industria necesita dirigirse a las nuevas generaciones y conquistarlas. Quizá necesitamos incomodarnos, pero solo de primerazo.