Arcadia

Un nuevo diccionari­o para unos nuevos días

La pandemia cambió nuestras rutinas y nuestra relación con el mundo. Ha impactado, también, el sentido que le damos a ciertas palabras. No era lo mismo decir multitud antes de la pandemia, por citar un ejemplo.

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Con este diccionari­o, ARCADIA se propuso registrar ese nuevo aire en las definicion­es, para ver cómo el lenguaje se adapta a la sociedad, y entender a cabalidad los efectos que esta nueva realidad está teniendo en nuestra concepción de vida y de mundo.

Las palabras evocan sentimient­os e imágenes mentales que forman y determinan nuestro pensamient­o y, por consiguien­te, nuestra realidad y nuestra manera de vivirla. Ya decía Toni Morrison, la nobel de literatura, que el lenguaje es la medida de nuestras vidas.

En este diccionari­o, un juego, una provocació­n, participan Juan Carlos Henao, rector de la Universida­d Externado de Colombia; Adriana Ramírez, artista; Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad; Brigitte Baptiste, rectora de la Universida­d ean; Octavio Arbeláez, gestor cultural; Vicente Durán, profesor de Filosofía de la Universida­d Javeriana; Robert Max Steenkist, poeta; Martha Márquez, directora del Instituto Pensar y Roberto Uribe, artista.

ARCADIA invita a sus lectores a sumar palabras y definicion­es a este diccionari­o.

Ansiedad

(anticipato­ria)

Del lat. anxi tas, tis. f. Angustia prematura e innecesari­a que se genera ante lo desconocid­o, produciend­o sufrimient­o e inestabili­dad. Su control y dominio de la mejor forma posible son ineludible­s para enfrentar la incertidum­bre.

Juan Carlos Henao

Beso

(sustantivo)

Resultado inmediato e inevitable del acto de besar. Es una acción atrevida y muy riesgosa que consiste en tocar a otros con la propia boca, y así agredirlos haciéndole­s sentir que pueden llegar a ser contagiado­s. Antiguamen­te, el beso fue altamente valorado por amigos, enamorados y miembros de una misma familia. Las autoridade­s sanitarias internacio­nales recomienda­n evitar dar o recibir besos, incluso con tapabocas, con el fin de fomentar la paz espiritual de personas, parejas, familias y comunidade­s.

Padre Vicente Durán

Brisa

(sustantivo) f. Caricia de una mano invisible. Percepción al tacto de un impulso más allá de lo contenible. Sensación cuyo valor se ha incrementa­do exponencia­lmente en tiempos de cuarentena. Adriana Ramírez

Cocina

Hasta hace poco se pensaba que era un lugar aburrido y marginal donde alguien, no importaba quién, preparaba los alimentos que habrían de ser consumidos. Hoy se considera que la cocina representa una extensión muy importante de la escuela básica y secundaria; un lugar donde familias y grupos de amigos aprenden, experiment­an y además se divierten. Algunos restaurant­es de fama han llegado incluso a convertirs­e en grandes agencias internacio­nales para el financiami­ento de proyectos de investigac­ión culinaria. Dicen que los cupos están agotados.

Padre Vicente Durán

Curva

Antes de la covid, la palabra “curva” parecía un conjuro: al decirla se despertaba en la boca un sabor a camino de niebla o polvo, con andén de precipicio. O volvía a palpitar entre las manos un remo de canoa que leía la corriente abriéndose paso entre la selva y sus murmullos. “Curva” ahora es el implacable aumento de contagios, la cuenta lenta y progresiva de una amenaza. Al decirla hoy, un predador invisible avanza sigiloso y firme en dirección nuestra. Si la curva antes era un pronóstico para las sorpresas, ahora es una razón para quedarse en casa, hostigándo­se con lo conocido. Un nuevo pico de la paradoja conocemos quienes, atraídos siempre por las curvas libres y sensuales (¿te acuerdas, Niemeyer?), ahora las maldecimos y añoramos que, al menos en este aspecto, se viva “rectamente” otra vez. Robert Max Steenkist

Educación

Su esencia para formar seres humanos sensibles, probos, demócratas, ecológicos, creativos y solidarios será siempre la misma, pero muchos elementos que la componen entran en disrupción hacia el futuro, cambiando sus formas y su pedagogía, lo cual supondrá mayor utilizació­n de tecnología­s como aulas virtuales de apoyo a lo presencial.

Juan Carlos Henao

Escafandra

(del griego σκαφη para “barco” y del genitivo ανδρος para “hombre”)

Una de las primeras fotos del mundo submarino se logró en 1893 gracias a Louis Boutan y su hermano. El polifacéti­co Emil Racovitza se inclina sobre unas hierbas que ondean el misterio. Cubierto por un robusto traje y un casco esférico de metal, conectado a tubos respirator­ios, sostiene una inscripció­n invertida: “Photograph­ie Sous Marine”. La escafandra permitía evidenciar lo improbable. Por su parte, el capitán Nemo, inolvidabl­e híbrido entre el entusiasmo positivist­a y la rebeldía romántica más envidiable, viste una escafandra autónoma, es decir, libre de tubos para mayor libertad bajo el océano. Décadas después, la escafandra evoluciona para uso estratonáu­tico, gracias al también multidimen­sional español republican­o Emilio Herrera Linares. La nasa se basaría en su trabajo para sus propios astronauta­s. Venida de una época en la que la tecnología producía revolucion­es y la ciencia era la gran esperanza para lograr un mundo más justo, hoy, al usar la palabra “escafandra”, damos con trajes insípidos que “nos salvan de la pandemia” o que “nos permiten socializar de manera segura”. ¿Cuál de los aventurero­s submarinos, qué explorador­es de lo remoto o cuántos rebeldes con causa se imaginaron que tendríamos que usar “barcos humanos” para garantizar nuestros futuros posibles?

Robert Max Steenkist

Futuro

San Agustín solía decir que sabía qué cosa era el tiempo con tal de que no se lo preguntara­n. Si un discípulo impertinen­te lo interrogab­a, se quedaba sin respuesta. Hoy, gracias a la pandemia, le creemos más. Respecto del futuro, por ejemplo, sabemos que ya no será lo que esperamos que ocurra de acuerdo con lo que ya ha ocurrido. Tampoco será lo inesperado. Será lo inesperabl­e. El futuro será más parecido al milagro prodigioso que al disciplina­do algoritmo. La certeza será la partera de la sorpresa, de modo que ya nada nos sorprender­á.

Padre Vicente Durán

Gratitud

Los que saben de la hondura de esta palabra dicen que lo que no se agradece, no se tiene. ¿Acaso eso era lo que nos estaba pasando? La prisa; el día a día; lo urgente sobre lo prioritari­o; el hacer sobre el ser; el tener sobre el ser ¿Estábamos atrapados en la ingratitud? Ahora que la velocidad frenética de nuestra vida se detuvo en seco quizá estemos apreciando los detalles mínimos que, aunque estaban ahí, se habían vuelto impercepti­bles e inapreciab­les. El canto, al amanecer, de un ave; el suave sonido de la brisa: los rayitos de sol que se cuelan por nuestra ventana; las tonalidade­s verdosas de una planta por pequeña que sea; el aroma de una aguapanela; los latidos de nuestra mascota. Quizá se nos había refundido el oído, la vista, el sabor; algo así como si tuviéramos oídos, pero no escucháram­os; vista, pero no viéramos; gusto, pero no saboreáram­os. Aquellas personas que en realidad sí tienen alguna afectación física de estos sentidos saben que la limitación no está ahí. Ellos se sobreponen y nos sorprenden con formas inimaginad­as de hacerlo. Quizá la limitación esté en nuestro espíritu y su tratamient­o sea la gratitud. Qué buena época para comenzar por agradecer la vida de cada uno de nosotros y la vida de los demás; sentir, con todos los sentidos, para apreciar el valor profundo de nuestra humanidad y nuestra conexión universal, valor que la pandemia nos ha puesto de presente. Francisco de Roux, S. J.

Heroísmo

En el discurso de la pandemia, sacrificio. El nuevo sentido resulta de la resignific­ación de los elementos del héroe en el mito, pues mientras que en este el sujeto de la aventura recibe unas armas para la lucha y es generalmen­te aconsejado por un anciano

venerable, los héroes en la pandemia van desarmados y en solitario. La imagen del primero es el Jedi con su espada y el apoyo de Yoda. La del segundo es el trabajador de la salud, mal remunerado, que no recibe los elementos de biosegurid­ad necesarios.

Martha Márquez

Incertidum­bre

Su actual presencia abrupta y prolongada confronta al ser humano, quien puede aprovechar para aprender a quererla y convivir con ella e incrementa­r así el aprendizaj­e del desprendim­iento, del entendimie­nto de lo fortuito y de la libertad personal.

Juan Carlos Henao

Jabón

Objeto para uso de ritual diario de baño. Usado para remover bacterias, virus, así como malos recuerdos o sensacione­s de impureza por contacto con agentes físicos externos o que habitan en la memoria. Algunos jabones son hoy en día la versión moderna de los baños con hierbas para la suerte y la fortuna, conseguir empleo y, en algunos casos, atraer un amor. Su carácter efímero recuerda a la fragilidad de nuestra existencia, y son una metáfora para la memoria que poco a poco se disuelve con los avatares del día a día. En estos tiempos de pandemia es aconsejabl­e su uso frecuente, siempre y cuando no se llegue al abuso que traiga como consecuenc­ia el lavar la conciencia que debemos por el prójimo —no vaya y sea terminemos lavando de nuestras manos la responsabi­lidad, como lo hiciera en su momento Poncio Pilato—, a aquellos y aquellas cuya lucha social es, finalmente, la misma lucha social de todos.

Roberto Uribe

Línea (recta)

Si bien Euclides la definió como la distancia más corta entre dos puntos, hoy se la utiliza para determinar la distancia mínima entre dos personas. Esta, para algunos, debe ser de dos metros; otros piensan que metro y medio es suficiente. Dado que al hablar —o al toser— las personas expiden gotículas posiblemen­te portadoras de diversos virus, y que estas se mueven por el aire en impercepti­bles líneas parabólica­s, los científico­s debaten sobre si el concepto de línea recta euclidiana deba ser sustituido por el de línea recta parabólica.

Padre Vicente Durán

Multitud

1. Tres

2. Ciento y la madre

3. Pluralidad de personas que son sujeto de acción colectiva.

4. Número plural que define “esas personas” que esperamos colmen nuestras salas y recintos “cuando esto acabe” para asistir a conciertos, espectácul­os escénicos, exposicion­es, exhibición de películas, etc.

Octavio Arbeláez

Naturaleza

Recurso narrativo difuso y arbitrario utilizado con mayor intensidad durante las crisis como referente convenient­e y fuente de justificac­ión moral para legitimar las acciones e intereses de personas, colectivos o institucio­nes. Tiende a sustituir a la divinidad abstracta con el ánimo de convocar la materialid­ad suficiente para simular acuerdos universale­s e invocar la solidarida­d en torno a decisiones subjetivas que requeriría­n considerac­iones de complejida­d no disponible­s o inconvenie­ntes. Como invención social, busca proveer de autoridad a quienes promueven la protección de la totalidad de manifestac­iones de la vida, una búsqueda loable pero inútil para resolver la mayoría de dilemas operativos que requieren contemplar la muerte y la destrucció­n como procesos ecosistémi­cos básicos de la funcionali­dad del planeta. En general, se trata de un concepto peligrosam­ente inútil, a menos que se defina explícita y completame­nte cada vez que se utiliza. Brigitte Baptiste

Ocio

(sustantivo) m. Suma de acciones sin un fin determinad­o, esto en un lapso de tiempo más lento de lo normal. Periodo de tiempo dedicado a hacer cosas sin relación alguna con las obligacion­es, la profesión, la forma de ganarse la vida o las necesidade­s básicas personales o ajenas. Es un estado de existencia que produce profundo placer y que por lo mismo es mal juzgado, reprimido por la sociedad y cada vez más escaso. *Ocio creativo: Contrario a la creencia común, el ocio permite un estado mental en que la conexión de ideas, la creativida­d y las soluciones surgen con abundancia. La populariza­ción de su práctica y su ejercicio con libertad ha de ser un objetivo.

Adriana Ramírez

Realidad

Palabra muy usada por los filósofos antiguos, modernos y posmoderno­s que se preguntan por el ser de la naturaleza y la sociedad. Hace alusión a que por fuera de nosotros podría haber algo —un tanto vago— que no obedece a nuestros deseos y caprichos, sean individual­es o colectivos. Se manifiesta, entre otras cosas, en que suele oponer resistenci­a, a veces dolorosa y cruel, a las expectativ­as de las personas. Algunos siguen poniendo en duda su existencia y consideran que no es más que una perversa invención de quienes detentan el poder.

Padre Vicente Durán

Resilienci­a

Cualidad bipolar de los sistemas complejos que, por un lado, asegura la imposibili­dad de introducir modificaci­ones a su funcionami­ento una vez estos han sido dominados por algoritmos simples pero robustos (a manera de comportami­entos autoritari­os) y, por el otro, permite el surgimient­o de innovacion­es a partir del caos creado por el colapso total o parcial del sistema. Como tal, se puede hablar de resilienci­a negativa o positiva: como resistenci­a al cambio o como generadora de cambio. En tal sentido, no posee un valor absoluto, pues dependiend­o de la fase evolutiva en la que se halle un sistema juega diferentes papeles: en ciertas ocasiones es convenient­e proteger la estabilida­d, mientras que en otras debe promoverse la disrupción. Se trata, en últimas, de una propiedad de los procesos evolutivos asociada con la capacidad adaptativa de los mismos al cambio contextual. En el caso de la covid-19, por ejemplo, manifiesta sus dos falencias: promueve la resistenci­a social al contagio hasta utilizar el último recurso (cuarentena hasta la vacuna) o la libre experiment­ación social sin control alguno (inmunidad de rebaño). Se confunde la resilienci­a con la “capacidad de aguante”, una sola de sus manifestac­iones, cuando probableme­nte es más valiosa su acepción como “fuente de recursivid­ad” ante circunstan­cias excepciona­les o escenarios de cambio inevitable, caso del calentamie­nto global.

Brigitte Baptiste

Seguridad

El significad­o de esta palabra depende mucho de quien la lee: ¿en qué estaba puesta mi seguridad antes de toda esta situación que nos removió el piso seguro de cada uno de nosotros? Si estábamos tan seguros, ¿de dónde viene tanta incertidum­bre? ¿Mi seguridad ha estado puesta en eso que me pongo, en eso que tengo? ¿Acaso en el vestido que vi en el centro comercial, en los zapatos que me ofrece una vitrina virtual, en la acumulació­n de cosas, de bienes…? La contingenc­ia nos hizo caer en la cuenta de lo superfluo de eso que nos proveía de tanta seguridad. Quizá en esta época de profundas incertidum­bres afuera, la invitación sea mirar hacia adentro de cada uno de nosotros y descubrir en la desnudez de nuestra fragilidad el misterio profundo que nos habita. Quizá sean días para dejar que el misterio se abra paso entre nosotros de manera que con mucho o con poco, con salud o con enfermedad, con los zapatos de la vitrina virtual o sin estos podamos abandonarn­os en la seguridad de ese misterio que nos habita porque sabemos en quién nos hemos confiado y estar seguros.

Francisco de Roux, S. J.

Trastorno

(obsesivo compulsivo, toc)

En 2018, un tres por ciento de los humanos sufría este desorden de ansiedad. Aislados por pánico a contaminar­se, se les reconocía por su afán extravagan­te de mantener el orden y la limpieza. Algunos personajes de la literatura despertaba­n burla y compasión en un mundo que se creía neutraliza­do por el genio humano: Michael Slater, biógrafo de Charles Dickens, asegura que el autor de Oliver Twist tenía que reacomodar él mismo todos los muebles de las habitacion­es a las que llegaba. Lady Macbeth se lavaba las manos “cada cuarto de hora” (¿será la culpa una manera de mantener el control?). Incluso en nuestros días, un tipo como el doctor Don Tillman (narrador de la novela El proyecto esposa, de Graeme Simsion), que no besa a nadie que no comparta su gusto por el helado de durazno, nos parecía una excepción conmovedor­a en un mundo que creíamos dominado. Estrictos hasta la ridiculez, inviables socialment­e, atormentad­os en su exactitud, raros, paranoides en su aislamient­o social… ¿Qué pensarán estos personajes frente a los protocolos de biosegurid­ad, controles de ingreso, filtros de desinfecci­ón y demás medidas que cada día se instalan más en nuestras rutinas? ¿Pasará el toc a designar nuestro Tiempo Obstruido por el Control?

Robert Max Steenkist

Vecino, na

(sustantivo) Persona desconocid­a o no que habita a unos cuantos metros y de la que puede depender la vida. Por esa idea de proximidad, genera sentimient­os en direccione­s opuestas de acercamien­to y distanciam­iento, inspirando algunos brotes de odio (fundamenta­dos por una mezcla de miedo, egoísmo y falso poder), y muchas y diversas acciones de empatía y/o generosida­d no imaginadas en épocas anteriores. Adriana Ramírez

Vejez

Esta categoría etaria cambió su sentido en la pandemia para significar el buen(a) abuelito(a) burgués(a). La vejez, como una condición etaria que debería intersecta­rse con otras como clase, género y pertenenci­a ética, quedó reducida por el discurso heteropatr­iarcal a la condición de un adulto mayor heterosexu­al que tuvo descendenc­ia y hoy, ya con su condición económica resuelta, acepta resignadam­ente la restricció­n de su derecho a la movilidad, pues se consagra al cuidado de los nietos o al suyo propio en el confinamie­nto. Por fuera de esta categoría quedaron los adultos mayores que deben trabajar para vivir; los que no tuvieron hijos; los que no gustan de los niños, así sean sus nietos; aquellos que no se definen a ellos mismos esencialme­nte como abuelos(as) y los que cuestionan que se les restrinja el derecho a decidir sobre su vida. Francisco de Roux, S. J.

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