Bocas

Renée Zellweger

JUDY garland Y el ÓSCAR

- POR MARIO AMAYA HOLLYWOOD, CALIFORNIA.

Tras fama una por pausa El diario de de varios Bridget años Jones–, en su carrera, volvió al la estrellato actriz texana en Hollywood –que alcanzó con una la interpreta­ción más que memorable: encarnó a Judy Garland en la película Judy. Gracias a esta actuación, la carismátic­a Renée Zellweger logró el premio Óscar de la Academia a mejor actriz, trofeo con el cual dejó bien claro por qué a los 50 años nunca es tarde para volver a empezar.

La escena fue muy conmovedor­a. Sucedió en septiembre del 2019, la noche de la premiere de la película Judy. El marco no podía ser más influyente: el Festival Internacio­nal de Cine de Toronto.

Cuando terminó la proyección, mientras los créditos rodaban, la actriz texana Renée Zellweger, protagonis­ta de la película Judy, hizo exactament­e lo mismo que estaba haciendo la gran mayoría de la audiencia: llorar desconsola­damente.

Durante dos largos minutos, el público la ovacionó vitoreando su nombre, mientras Zellweger, vestida con un elegante vestido azul claro, se abrió camino frente a ellos. Sin dejar de sollozar, llevó su mano derecha sobre su pecho, en un evidente estado de shock y éxtasis. La multitud solo cedió cuando, después de secarse torpemente las lágrimas de sus mejillas, tocó el micrófono que le habían instalado en el escenario y replicó humildemen­te: “Será mejor que terminen. ¡Están arruinando mi maquillaje!”.

La película biográfica sobre Judy Garland (la famosa cantante y actriz que muy joven protagoniz­ó El

mago de Oz en 1939), es una adaptación basada en el drama musical End of the Rainbow, de Peter Quilter, que se desarrolla en 1968, cuando Garland llega a Londres para una serie de presentaci­ones.

En aquellos espectácul­os, con entradas agotadas, que se extendiero­n a lo largo de cinco semanas en el club nocturno Talk of the Town, la estrella tuvo momentos exultantes, al tiempo que sufrió fuertes depresione­s provocadas por las peleas en torno a la custodia de sus hijos, el insomnio y el abuso de sustancias. Garland, finalmente, murió de una sobredosis accidental de pastillas en junio de 1969, a la edad de 47 años.

La historia, dirigida por Rupert Goold, sigue a la artista durante este, el último y más dramático período de su vida. Cuando Renée Zellweger fue elegida para interpreta­rla, después de casi una década en un semirretir­o autoimpues­to, le pareció un reto significat­ivo.

Aparte de Bridget Jones’s Baby (2016), Zellweger se había alejado de la actuación desde el 2009 para dedicarse a otras pasiones. “Haber vuelto con Judy, tras Bridget Jones’s Baby, fue algo acertado por muchos motivos, porque me pareció convenient­e mostrar parte de su historia en un momento crítico para las mujeres en la sociedad actual. Y guardando distancias, me he sentido identifica­da con esa parte difícil de ser una persona en el medio del entretenim­iento. Pero me hace feliz que parece que hemos acertado al hacer la película”, comentó la actriz de 50 años de edad, nacida en Katy, un pequeño suburbio de Houston, en el estado de Texas, donde creció hasta que se mudó a estudiar en la Universida­d de Texas, en Austin. “Considero a Austin como mi hogar, y tengo mucha familia allí, así que allí siempre regreso mucho”.

Su madre es noruega y su padre suizo, lo que la hizo sentir diferente. “Siento mis raíces texanas, por supuesto, pero no se puede negar que soy hija de europeos, mis ojos me delatan”, comenta con una pícara sonrisa. Pero en su infancia, lejos de querer ser actriz, Renée quiso ser escritora. “Siempre deseaba lo mismo: me encantaba pedir de regalo para mis cumpleaños o en Navidad un cuaderno o libretas de papel rayado y lápices. No había nada mejor para mí cuando regresaba a casa de la escuela que ponerme a escribir historias o componer poemas, las posibilida­des eran infinitas”. Fue en la universida­d, en 1991, estudiando artes liberales e inglés, que entró a la clase electiva de actuación. “En lugar de continuar en la búsqueda de mi título de periodista, terminé rápidament­e con mi título de licenciatu­ra, porque me entró la curiosidad de lo que podría hacer si comenzaba a actuar”, recuerda.

Con el tiempo, esa curiosidad terminó dándole cuatro nominacion­es al premio Óscar. Sus dos primeros fueron como mejor actriz en la comedia romántica del 2001 Bridget Jones’s Diary y, en el 2002, con el musical Chicago. En su tercera nominación, en el 2004, Zellweger se llevó a casa la estatuilla como mejor actriz de reparto por su actuación en Cold

Mountain. Hoy, 15 años después, Renée Zellweger ha logrado otra nominación por Judy.

Fueron 25 años de preparació­n en Hollywood para asumir el reto de convertirs­e en Judy Garland. “Hay experienci­as que tuve que lamentable­mente hicieron que sus difíciles circunstan­cias fueran un poco más fáciles de entender –explica–. Hay mucho entre líneas, esos momentos íntimos en los que se oscila entre ser una persona famosa y ser una persona privada. Eso es algo que he experiment­ado”. Pruebas y ensayos de una larga y fructífera carrera.

Poco después de terminar la universida­d, a los 23 años de edad, la rubia texana debutó en pequeñas produccion­es como A Taste for Killing (1992), seguida de Murder in the Heartland (1993), para luego aparecer en la película de Ben Stiller, Reality Bites

(1994).

Su primer protagónic­o lo logró igualmente en 1994 con la película de terror Texas Chainsaw Massacre: The Next Generation, al lado de Matthew Mcconaughe­y.

Luego llegaría a actuar al lado de Tom Cruise en Jerry Maguire, para después consagrars­e con el personaje de Bridget Jones.

Pero, con el tiempo, comenzó a sentirse agotada con la vida que llevaba en Hollywood. “Me sentía exhausta, necesitaba parar, pero no lo hice por años. Además, sentía que no podía disfrutar las pequeñas cosas de la vida. Entonces, ¿qué sentido tenía ese éxito si no podía disfrutar lo que realmente importa, que es vivir?”.

Pero fue precisamen­te esa misma pausa la que le dio a Zellweger la energía suficiente para volver a trabajar. “Ahora reconozco que hay límites que están permitidos. Y por eso, buscar un equilibrio siempre es necesario, como todo en la vida –asegura–. Pero reconozco que es todo un ajuste volver a hacer giras de prensa, volver a la alfombra roja, volver a ser vulnerable y volver a todo lo que implica ser una actriz; pero siento que ahora puedo navegarlo mejor”. De hecho, a finales del año pasado, decidió rodar para la televisión, con una serie de Netflix llamada What If (Dilema).

La atractiva y elegante rubia de 50 años, reciente ganadora del premio Óscar, habló con BOCAS de su trabajo y de su vida.

¿Qué tipo de presencia tuvo Judy Garland en su vida antes de este proyecto?

Más de lo que pudiera creerse, porque me acompañó en mi niñez. Yo oía sus discos porque mi padre los ponía los fines de semana cuando descansaba o, como el resto del mundo, creo, vi con mi familia El

mago de Oz, todos los años en Semana Santa. ¡Todos los benditos años! Ella es una de las mejores vocalistas de todos los tiempos. Llegando a comprender lo que tuvo que superar, una y otra vez, solo para desempeñar­se en los niveles que lo hizo durante un período de tiempo tan prolongado, ahora la entiendo y la aprecio de una manera diferente. Ella se hizo un espacio para sí misma como ícono en la historia de los Estados Unidos, algo que realmente se merece.

¿En qué se ha sentido identifica­da con ella?

Antes que todo, aprendí de su historia como ser humano para poder entender todo eso con lo que tuvo que luchar para hacer estas actuacione­s. Y habiendo vivido yo misma con esa imagen pública por un tiempo, puedo empatizar un poco con lo que es eso. Sobre todo cuando te alejas de la percepción de la gente y cuando estás sola en una habitación de hotel. O cuando algo va terribleme­nte mal en tu vida personal y tienes que fingir que no pasa nada porque tienes un trabajo que hacer. Necesitas trabajar y, como todos, debes mantenerte al día e ir a hacer

“me sentía exhausta, necesitaba parar, pero no Lo hice por años. además, sentía que no podía disfrutar de pequeñas cosas de La vida. entonces, ¿qué sentido tenía ese Éxito si no podía disfrutar Lo que realmente importa, que es vivir?”.

“Llegando a comprender Lo que tuvo que superar, una y otra vez, solo para desempeñar­se en Los niveles que Lo hizo durante un período de tiempo tan prolongado, ahora La entiendo y La aprecio de una manera diferente. ella (Judy garland) se hizo un espacio para sí misma como ícono en La historia de Los estados unidos”.

tu trabajo. Y eso no es nada fácil para alguien que es una figura pública y está pasándola mal.

Y más en esas épocas, de seguro.

Siempre ha sido muy difícil para las mujeres tener que lidiar con las presiones sociales cuando se está en una profesión como esta. Judy Garland fue una madre que extrañaba a sus hijos. Una mujer hambrienta de amor que, en esa búsqueda, se adentró en otro matrimonio infeliz. Ella fue una celebridad tan necesitada de amor que lo único que pudo hacer fue vivir la vida como la vivió.

¿Ha conocido a su hija, Liza Minnelli?

Sí, la conocí. Tenemos una amiga muy cercana en común y estuve en su fiesta de cumpleaños número 50 en la ciudad de Nueva York. Luego la volví a ver años después porque otra amiga produjo y filmó su último show en vivo en Las Vegas. Ella estuvo sublime. No podía creer que tuve la suerte de lograr un asiento en ese lugar para esa grabación. Eso fue una gran experienci­a, casi que podría llorar de la emoción recordando eso. Después, nos metimos en el backstage y ese fue, ya sabes, uno de esos momentos en los que comienzas a verte como parte de una nube de fanáticos sin vergüenza. Solo quieres callarte, pero no puedes [risas]. Quiero decir, qué suerte, y sí, sí, la he conocido. Ella podría no recordar haberme conocido, pero yo sí. [Risas].

¿Qué ha aprendido, tras interpreta­r a Judy Garland, sobre la relación con la fama?

Acababa de aparecer en Jerry Maguire y tuve una reunión con el gran director Mike Nichols. Él hablaba sobre los golpes de gracia y me preguntó si sabía lo que me iba a pasar. Pero no sabía de qué estaba hablando ni qué quería decir. Me preguntó: “¿Entiendes que tu vida va a cambiar?”. Y yo ingenuamen­te dije que sí, pero creo que no podría haberlo imaginado. Recuerdo que él me dijo: “Será extraño para ti porque no hay nada en tu vida que realmente pueda prepararte para los cambios que estás a punto de experiment­ar. La fama es muy complicada”.

¿Lo dijo para asustarla?

No lo creo. Recuerdo que además me dijo que pensara un poco como Medusa. Me dijo: “La fama, una vez la obtienes, siempre estará ahí. Es insidiosa. Nunca se va. Siempre está a la vuelta de la esquina donde quiera que vayas. A partir de ahora, estará allí y es peligrosa porque puede seguir tu camino. Es complicado. Puede engañarte y, si la miras directamen­te, te prometo que te convertirá en piedra”. Dijo que si corres hacia ella, si la abrazas, si necesitas algo de ella, te convertirá en piedra. Y recuerdo que me decía que debía vigilarla porque si no lo hacía, es doblemente peligrosa, así que debía mirar a la fama a través del prisma como en el mito, mírala a través del prisma y deja que ese prisma sea tu familia y tus amigos más cercanos. Y nunca vayas a ningún lado sin llevar el prisma con algo de respeto. Yo no entendía bien lo que quería decir, pero obviamente, ya sabes, al contarlo ahora hoy, tantas décadas después, realmente resuena conmigo. Y, obviamente, él tenía la razón.

¿Eso significa, supongo, que sus relaciones con los hombres también han sido afectadas por la fama?

No puedo decir eso porque creo que cada relación se ve afectada por el trabajo y la vida, solo por la vida misma. Es humano, ¿verdad? Así que no puedo decirte eso.

¿Y fue precisamen­te por esa misma protección ante la fama que tomó la decisión de no poner su carrera antes de todo?

Estoy segura de que es lo mismo para ti cuando pasas de un proyecto a otro, de una entrevista a la siguiente, y así hasta que te sientes como un ser humano aburrido. Y yo estaba tan aburrida de mí misma. No podía soportar escucharme hablar un segundo más. Necesitaba estar tranquila e irme a vivir un poco y crecer como ser humano. Quería aprender cosas nuevas y quería crecer en cierto sentido, porque parece que me estaba atrofiando en el lugar en el que estaba.

Pero para muchos la actuación es un constante cambio con cada proyecto.

Cuando entré a este negocio, no paré de vivir la vida de otra persona. En la casa de otra persona, en el pueblo de otra persona. Luego, a la siguiente producción y a la siguiente y a la siguiente; y no puedes contar historias auténticam­ente porque no puedes relacionar­te con otras personas, porque no lo has vivido. Cada proyecto es diferente, en efecto, pero la dinámica para llegar a cada proyecto es muy similar siempre. Y estaba cansada de eso.

Por eso me puse a pensar, ¿por qué no estudio algo que no sea un personaje nuevo? Y lo hice. Y eso pertenece a mi vida privada y no a mi vida profesiona­l. Y lo recomiendo mucho [risas].

Tras tomar una pausa en su carrera, tras la popularida­d que tuvo Bridget Jones, ¿se sintió en algo identifica­da con ella?

Tenemos muy poco en común [risas]. Aunque estoy interesada en su guardarrop­a [risas]. Soy mucho más conservado­ra. No soy tan audaz, excepto con mis amigos más cercanos. La gente siempre quiere que uno se parezca en algo a un personaje con el que se sienten identifica­dos, pero eso no es siempre así.

Al regresar a la actuación después de un largo período, ¿encontró la misma pasión por actuar? ¿Algo cambió en su enfoque de trabajo? ¿Cree que es una mejor actriz o se siente la misma?

No sé si soy mejor actriz. Quiero decir, esperas que tus experienci­as de vida invadan de alguna manera las actuacione­s que tomas. Y podría ser mejor, podría ser mejor administra­ndo lo que viene con eso. Pero lo veo de manera diferente ahora. Tengo límites diferentes y eso lo aprecié más cuando regresé, porque recordé por qué me encantaba esto. Porque antes no me sentía así. Porque no era buena para establecer límites. Se trataba de comprender, se trataba del proceso, se trataba de desaparece­r, se trataba de ser creativo: ese es probableme­nte el mayor cambio. Por ese cambio es que me siento un poco más ajustada.

¿La misma pasión?

Por supuesto, esto me encanta, pero ahora lo reconozco más claramente. Siempre me ha encantado. Nunca perdí el amor por el trabajo; cuando lo estaba haciendo y colaborar en proyectos y el proceso creativo, lo artístico de todo esto y, ya sabes, el tipo de experienci­a de estar en el set y compartir el día con todos los que intentan lograr el mismo objetivo. Eso me encanta; eso nunca desapareci­ó. Pero de todos modos, intenté responder tu pregunta 20 veces, ¿no? [Risas].

¿Cómo maneja ahora ese cambio?

Manejar la fama es un trabajo diferente y, la verdad, no me interesa ese trabajo. De hecho, ese trabajo ya no me quita el sueño.

¿Usa redes sociales?

No. Estoy demasiado ocupada para eso. ¿Y para qué?, ¿para alimentar esa parte que cansa de la fama?

¿Cuándo fue la última vez que se preguntó qué pasaría en su vida si hubiera decidido algo de otra manera?

Esta mañana, pero trato de no pensar mucho en eso. ¿Cosas importante­s? No sabemos cuáles son las consecuenc­ias de una pequeña decisión, si uno gira a la derecha o a la izquierda por la mañana y llega a la parada de un autobús. Nunca se sabe. Pero trato de no pensar tanto en eso. Intento simplement­e estar en el momento. Sí, trato de no pensar tanto en eso porque, simplement­e, estás tratando de controlar cosas que no puedes controlar y tratando de leer con anticipaci­ón sobre lo que esencialme­nte podría suceder. Quiero decir, es bueno tener previsión, obviamente. Es bueno tener cuidado antes de abrir la boca y hablar de ciertas cosas y es bueno tener cuidado antes de decidir embarcarse en algo que tiene el potencial de cambiar tu vida de una manera significat­iva.

¿Cuál es su próximo proyecto, está trabajando en ello?

He estado produciend­o durante mucho tiempo en silencio y estoy desarrolla­ndo un proyecto que me encanta. Es una pequeña película llamada

y está protagoniz­ada por mi amiga, con quien solía jugar Scrabble cuando tenía cinco años de edad, Billie Lourd. Estoy muy emocionada por este proyecto. Voy a ir a rodar en Texas en junio.

¿Alguna buena decisión que ha tomado personalme­nte en estos días?

Por supuesto [risas]. Recienteme­nte me mudé. Acabo de deshacerme de todo en la costa este y dejé de ir allí. Los cambios son buenos de vez en cuando, ¿cierto?

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POR MARIO AMAYA
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