ÍCONO DEL Comfort Food
DULCE Y NOSTÁLGICO, ASÍ ES EL PANCAKE. ESTA ES SU HISTORIA.
PREHISTORIA
Según algunos análisis arqueológicos hechos sobre viejas herramientas de molienda que datan de la Edad de Piedra, el hombre ya preparaba pancakes hace 30 mil años. En realidad, se trataba de un posible ancestro de las crepes: tortas planas hechas de harina y agua que se cocinaban sobre piedras calientes u ollas de barro.
IMPERIO ROMANO
Durante el Imperio romano, los ciudadanos consumían una versión anterior del pancake bautizada como alita dolcia, que consistía en la mezcla de leche, huevos, harina y especias. Esta es considerada la precursora de preparaciones como los omelettes, los muffins y hasta las donas, todas hechas con ingredientes similares que varían en su proporción.
EDAD MEDIA
Entrada la Edad Media, cada país europeo empezó a crear su propia versión de masa plana cocida al sartén. En Francia nacieron las galettes, similares a una crepe salada rellena de queso o carnes; en Alemania, los kaiserschmarrn o trozos de pancake dulce, generalmente acompañados de manzana o ciruelas, y en Irlanda, el boxty, una especie de crepe grueso con papas que se sirve generalmente en Halloween, por mencionar solo algunos ejemplos.
SIGLO XIX
Ya en el siglo XIX, dentro de las colonias inglesas asentadas en Norteamérica, la receta del pancake empezó a adquirir un carácter propio y a parecerse mucho más a lo que todos conocemos hoy. Si bien existían preparaciones similares, como las pitas o las tortillas de maíz, su particularidad se hallaba en que, más que una masa enrollada, era una masa vertida que iba tomando forma redonda en una sartén totalmente plana.
ACTUALIDAD
Actualmente, y gracias a su amplia fama en los desayunos estadounidenses, el pancake representa como pocos platos el comfort food, es decir, esa comida nostálgica y reconfortante, usualmente alta en carbohidratos, sencilla de preparar, que evoca en quien la come una sensación de ‘calor de hogar.’
La deliciosa montaña de tortas de harina bañadas en jarabe se ha vuelto parte de la cultura popular del mundo. Claro, no en todos los países se consume de esta forma, pero es su presentación más conocida.
Aunque sencillo, de pocos ingredientes y de común preparación, el pancake continúa siendo una delicia por todo lo que significa para el consumidor: una receta que le recuerda las mañanas dulces en casa, los desayunos en familia o de hotel, y la nostalgia de la niñez.
La palabra pancake también se coló en los dichos populares de la población anglo. La frase “As flat as a pancake”, o “tan plano como un pancake” data de 1611, según el Oxford English Dictionary, y se usa comúnmente para hablar de una mujer con pecho plano... o de un terreno poco montañoso.
La famosa harina para pancakes Aunt Jemima fue la primera mezcla lista para preparar comidas que se vendió comercialmente en el mundo y fue creada en el estado de Missouri, Estados Unidos, en 1889. Casi 30 años más tarde, la Quaker Oats Company compró el producto a sus creadores. En 1966, la misma compañía presentó otro de sus alimentos insignia: el syrup para pancakes.
El syrup, a veces confundido con la miel de abejas, es miel de maple o jarabe de arce, una planta que crece al norte de América; de hecho, la hoja de arce es el símbolo más representativo de la bandera de Canadá. Este endulzante se convirtió en el compañero ideal no solo de los pancakes, sino también de sus primos los waffles y los gofres (ver p. 72).
Los pancakes han adoptado la forma de los más grandes íconos de la cultura pop estadounidense. Si visita el principal parque de Disney, Magic Kingdom, y pide un desayuno tradicional en el River Belle Terrace, llevarán a su mesa una tortilla muy dulce en forma de Mickey Mouse.