EL JEAN
INMORTAL
La clave de la inmortalidad consiste en convertir pedazos de tela en un fenómeno cultural. Si no lo cree, pregúntele a Levi’s , una marca que fue capaz de convertir un pantalón de trabajo en un objeto que está presente en todos los armarios del mundo.
A mediados del siglo XIX el denim –o mezclilla, la tela del jean– llevaba un buen tiempo en los telares y en las sastrerías. Desde hacía doscientos años se hacían mezclas con diferentes fibras para aumentar la durabilidad en la ropa de trabajo y se había hecho popular en Estados Unidos una tela muy similar al jean que estaba hecha con algodón.
Sin embargo, el jean no adquirió su forma actual hasta 1873, cuando Levi Strauss –un comerciante alemán que había inmigrado hacía poco a Nueva York– y Jacob Davis –un sastre de Reno, nevada– patentaron una idea revolucionaria. El Levi’s 501 fue el primer jean moderno. Consistía, simplemente, en ponerles remaches metálicos a los pantalones de denim en puntos clave. Así aumentaba drásticamente su durabilidad. Davis puso el conocimiento técnico y vio la oportunidad. Strauss sabía cómo venderlos masivamente.