REDD’S LE APUESTA
A LA TOLERANCIA
“El primer matrimonio legal entre una negra y un blanco fue en 1967”. No era la típica publicidad. Y, sin embargo, ahí estaba, en dos vallas que cubrían paredes inmensas en Bogotá y Medellín. Eso fue el 5 de junio. Al día siguiente había otro mensaje que doblaba las apuestas: “Hasta hace 28 años la homosexualidad era considerada una enfermedad mental”. Eran como pequeños recordatorios de vergüenzas pasadas, de la discriminación y de las etiquetas contra las que todavía luchamos. Discriminar por la raza, o en este último caso discriminar por la sexualidad.
La sociedad ha tenido que luchar durante décadas en contra de la discriminación. Y aunque ha habido avances significativos, todavía es común el rechazo a las personas por el color de su piel, por el lugar donde nacieron o por su orientación sexual. La comunidad LGTB, por ejemplo, sigue siendo blanco de rechazo e incluso de violencia. Hasta este mes la transexualidad fue considerada una enfermedad mental por la Organización Mundial para la Salud y algunas veces, incluso, ellos deben levantar la voz por su derecho a vivir: del 2013 al 2016 se reportaron 440 asesinatos a personas de la comunidad LGTB y los ataques violentos contra ellos se viven día a día.
No es fácil apostarle a decir las grandes verdades sin pelos en la lengua, pero alguien tiene que hacerlo. Y para decirlas se necesita una voz auténtica, una voz que se desmarque de la corrección política y de la exclusión, una voz irreverente y libre de etiquetas. Por eso, el 7 de junio, el Día de la Diversidad Sexual, Redd’s dejó caer esas dos vallas y reveló unos murales gigantescos que rompían con todas las convenciones.