150 BICICLETAS
EN LOS ALPES
Son las diez de la mañana en Abiategrasso. Lo que debería ser un tranquilo suburbio residencial en las afueras de Milán es una maraña de calles vestidas de rosado: los ciclistas aficionados llegan de todas partes en sus bicicletas de ruta y se confunden con perros vestidos de rosado, gafas rosadas con forma de bicicleta y con banderas rosadas que anuncian el punto de partida.
Sin embargo, el conductor está preocupado: tenemos que salir del pueblo antes de que el pelotón se tome la carretera. Los invitados a la experiencia de TAG Heuer –encabezados por Alejandra Cadena, ganadora del Endurance Challenge Cuatro Picos, la carrera ciclística que TAG Heuer y BMC organizaron en las montañas del Neusa– estamos por montarnos en un helicóptero para sobrevolar todo el recorrido de la etapa 18 del Giro de Italia. Entonces el capitán pide permiso y se acerca a una larga fila de ciclistas que se dirigen hacia los Alpes marítimos y atraviesan los viñedos del Piamonte. No se distinguen sus camisetas, solo se ven los pequeños pueblitos enclavados en la montaña y las viñas de ruché y nebbiolo que se extienden hasta las montañas nevadas que quiebran el horizonte. Los vinos se prueban después, en una bodega con vista al pueblo de Monferrato. El ruché es lo más cercano a un maridaje perfecto para el cacciatore al tartufo de la región: un salami tan épico como las etapas alpinas del Giro de Italia.
Al día siguiente, Steve Bauer, un medallista olímpico canadiense que trabaja en el equipo BMC, conduce a toda velocidad una camioneta por el Piamonte. Ese día, para la etapa 19 íbamos a conocer desde adentro a un equipo del World Tour. La misión de Bauer –y la nues-