LOS COLORES
DE BUENAVENTURA
“La salsa y el hiphop nacieron en Harlem. Eran los mismos manes”, dice. “Ahora en Colombia esos dos géneros se están volviendo a unir, pero además entran la marimba y muchas referencias pop” dice Navas. “Es un sancocho de músicas populares norteamericanas con referencias del Pacífico. Si se canaliza, creo que se va a convertir en un movimiento global importante”.
En Somoscalentura suena salsachoke, hip hop y ritmos tradicionales del Pacífico. Para Navas es una película para todo público, una historia sobre grupos de danza que cambian las armas por pasos de baile, pero también una mirada que piensa al Pacífico desde los paisajes del puerto más grande de Colombia: “Buenaventura es lo más fotogénico que hay: donde uno pone la cámara, la ciudad se ve bien”, dice. “Y la atmósfera fue ideal porque llovió mucho y esa lluvia, que al principio fue una enemiga”, se convirtió en un elemento muy poderoso: la luz grisácea y los colores opacos, de arena oscura. Es como una paleta paralela y contraria a la de la estética caribe”. Cuando se graduó de la universidad, lo único que quería Jorge Navas era una cámara de cine. La década de 1990 estaba empezando y Cali atravesaba toda la violencia del narcotráfico. No había mucho espacio para las historias audiovisuales, pero la oportunidad estaba en la publicidad, lo único que se producía en formato de cine.
La clave para entender a Navas está en la música. En su hoja de vida hay videoclips, documentales, programas de televisión y largometrajes y en casi todos están presentes los acordes y el ritmo. En la cabeza de toda una generación todavía suenan sus primeros comerciales –“Marimba a la lata”, “Pégate al parche” y “¿Qué hay para la cabeza?, que hacían parte de campañas para reducir el consumo de drogas y ganaron premios en todo el continente– y su última película, Somoscalentura, explora a fondo la cultura musical urbana del Pacífico.