SEAFLOWER LA REINA DEL CARIBE
ARENA BLANCA, PLAYAS VíRGENES Y ARRECIFE S CORALINOS. ESTA ES LA COLOMBIA PROTEGIDA POR LA ARMADA NACIONAL.
Desde hace años, esta hermosa caribeña es reconocida por colombianos y extranjeros.
Ella no solo guarda una belleza inigualable, también tiene la capacidad de ser la más digna representante del Caribe colombiano en un reinado internacional. Es una flor del mar que hace alarde de su nombre con una belleza única y sin igual: la tez blanca de su arena contrasta con la alegría de los colores y sabores caribeños; y, como si fuera su vestido de alta costura, los corales ofrecen un espectáculo al reflejar la riqueza incomparable del mar.
Hace siglos, ella tuvo pretendientes ingleses y holandeses, entre muchos otros. Los españoles intentaron conquistarla, incluso estadounidenses y centroamericanos se han atrevido a cortejarla, pero ella siempre ha te-
nido claro que su belleza pertenece a toda la humanidad y, sobre todo, a los colombianos, pues son ellos quienes la han hecho respetar.
Ella es una flor del mar, que es mejor conocida como Seaflower.
Esta reserva de biosfera está compuesta por 180.000 km2 de riqueza marítima y terrestre, conformada por ecosistemas marinos y costeros. Hay arrecifes coralinos, manglares, lagunas arrecifales, pastos marinos, playas y mar abierto. Además, Seaflower posee la tercera barrera de coral más grande del mundo y comprende al Archipiélago, que es el departamento más grande de Colombia. Allí están, de norte a sur, las áreas emergidas de Bajo Nuevo, Bajo Alicia, Serranilla, Serrana, Quitasueño, Roncador, Providencia y Santa Catalina, San Andrés, cayo Bolívar y los cayos de Albuquerque. Todos alojan cientos de especies de flora y fauna, ahí radica su importancia y la razón por la que fue reconocida por la Unesco como una reserva de biosfera para la humani-
dad, que luego se consolidó como un Área Marina Protegida (AMP), hace más de una década.
A la Reserva Seaflower, la más bella del Caribe, la cuida, protege y hace respetar la Armada Nacional de Colombia desde hace siglos. Junto con la Dirección General Marítima, la Armada ejerce la soberanía y regula la pesca ancestral y equilibrada. Además, apoya las diferentes expediciones científicas coordinadas por la Comisión Colombiana del Océano y las investigaciones de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago –Coralina– y del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras –Invemar–.
En estas expediciones también han participado instituciones de educación superior para generar conocimiento científico integral, conciencia y compromiso con actividades que favorecen la sostenibilidad del medioambiente, y de la riqueza biológica bioceánica, fluvial y terrestre que nos permitirá el desarrollo como un país marítimo inmensamente rico.