MV AGUSTA DE TRES CILINDROS
AUNQUE NOS ABÍA MUCHO DE INGENIERÍA, UN CONDE ITALIANO LO GRÓ CONQUISTAR EL MOTO G P.
La mayoría de los pilotos del MotoGP sabían que el sonido de la MV Agusta de tres cilindros significaba malas noticias. Eran los años sesenta y la marca italiana se había ganado el respeto de todos. Primero porque Mike Hailwood –llamado “Mike the Bike” por su capacidad de montar motos de cualquier cilindraje– había conseguido cuatro títulos consecutivos, desde 1962 hasta 1965, con la MV Agusta 500 GP de cuatro cilindros. Y, segundo, porque la moto de tres cilindros que crearon en 1966 no tuvo rival.
Desde 1963 el conde Domenico Agusta –que no era ingeniero, pero tenía la costumbre de bocetar ideas para las motos de su empresa– se había obsesionado con la idea de lograr un motor de tres cilindros que pusiera a las motos italianas en todos los podios. Era lógico: un motor de esas características podía lograr un desplazamiento similar a uno de cuatro, pero ahorraba peso y materiales. En 1965, la moto debutó en el circuito de Nürburgring y una joven promesa llamada Giacomo Agostini llegó con dos minutos de ventaja de su compañero Mike Hailwood, que conducía su moto tradicional.
La imagen de Giacomo Agostini es imposible de opacar: entre 1966 y 1975 consiguió quince títulos en dos categorías del MotoGP (350 c. c. y 500 c. c.), trece de estos a bordo de sus motocicletas MV Agusta de tres cilindros y color rojo. Agostini dijo después que mucha gente creía que montar las MV era la razón por la que ganaba las carreras, pero que un buen piloto también hacia la diferencia.
La marca nunca volvió a tener una temporada tan dulce y llena de victorias como esa, aunque recientemente anunció que volvería a las pistas para el campeonato de 2019.
Con suerte, también será una moto de tres cilindros.