Don Juan

EXTRAÑOS EN LA CAMA

CUANDO SE FINGE SERALGUIEN­MÁS DURANTE EL SEXO, LAS POSIBILIDA­DES SON INFINITA SY MU CH OMÁSEXCIT ANTES.

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“Una noche, le envié mensajes con una historia: un juego de rol en el que el lobo feroz atrapa a una Caperucita Roja indefensa y perdida, salta sobre ella, la amenaza con comérsela, pero cambia de idea cuando la chica empieza a suplicar”. Así empezó el juego de rol que este hombre y su pareja llevaron a la cama: según él, el lobo le dice a Caperucita cosas como: “Quiero probarte, pequeña”, ella le ruega que la castigue, se arrancan la ropa y, al final, experiment­an el sexo más gratifican­te que han tenido.

Puede sonar raro, pero en esta obra de teatro que montaron en la alcoba hay algo bastante liberador. Todo se reduce a actuar como personajes que no son ellos: “Tirar con una Caperucita Roja indefensa mientras grita por ayuda y gime… Nunca pensé que me gustaría, pero ha sido el orgasmo del siglo para mí”.

Pero ¿por qué es tan excitante ponerse en los zapatos de otra persona? Así como jugar un videojuego o ver una película, el roleplay –o juego de rol– es una forma de escapar de la vida cotidiana y de las rutinas ya establecid­as. Millones de personas lo hacen para vivir de manera segura sus fantasías sexuales. “Para ellos, estos juegos eróticos son formas de poner algo de picante a relaciones monógamas, aumentar la excitación y mejorar los orgasmos”, escribe la sexóloga Gloria Brame en Comehither:a commonsens­eguidetoki­nkysex.

Así que si quiere intentarlo, ¡adelante! No hay nada escrito, pues los límites y reglas se ponen en pareja. Es importante conversar los detalles para acordar qué roles se asumen y hasta qué punto se sienten cómodos. Incluso, pueden elegir el papel y la situación que quieran: un profesor ante una estudiante que busca mejorar su nota, o un paciente frente a una enfermera algo atrevida (la gente va de escenarios comunes como seducir a un desconocid­o en un bar, a situacione­s más elaboradas que incluyen fantasías con personajes de ficción como el Guasón o Harley Quinn).

Pero es importante recordar que esto no se trata más que de un juego, así que no se puede tomar tan en serio. Por eso, puede que el mejor consejo para el role play venga de un hombre al que no le da vergüenza sentirse ridículo en la cama: “Decidimos una situación en la que los dos estamos interesado­s, armamos un vestuario y luego empezamos a jugar”, cuenta. “Hay que romper el hielo porque al principio puede ser muy ridículo, entonces simplement­e hay que continuar y para cuando llegó el sexo ya estábamos cómodos con el lenguaje y los personajes, ¡en ese punto, hablar sucio resulta fácil y es muy sensual!”.

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FOTOGRAFíA:ANDREAHAST / 123RF
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