LA IMPORTANCIA DE PERSEVERAR
Por años, Víctor Ospina luchó por consolidar su propia empresa. A la corta edad de 15 años creó Vannidu, un catálogo de ropa para repartir en los pueblos de la costa. Luego probó con Servicenter, una plataforma digital que facilitaba el contacto de diferentes tipos de servicios domésticos en Bucaramanga. Una vez terminó Administración en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, se fue a Bogotá para montar un negocio que conectaba personas con pasión por el sector culinario para que cocinaran y vendieran platos gourmet desde su casa.
Ninguno de estos negocios funcionó, pero eso no desmotivó al joven nunca. “Un emprendedor no tiene problema con cambiar de tema. A veces la gente se enamora de un proyecto, pero hay que tener la mente siempre abierta a otras posibilidades”, cuenta Ospina.
Un día, y después de probar el arroz con leche que hacía su mamá, decidió comercializarlo junto a sus hermanos, Juan Diego y Sebastián, quienes lo vendían entre sus amigos y compañeros de trabajo con el nombre de Alta Gracia. Pronto estaban haciendo más de cien arroces con leche diarios y se dieron cuenta de que podían escalar el negocio. Los hermanos montaron un carrito para vender arroz con leche en la calle como una variada oferta de sabores como tostada francesa o chocorrocher. Hoy Ospina consiguió suficiente capital para abrir un local en la calle 66 con 4, en Bogotá.