LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI
Los estudiantes de hoy acceden a sistemas de aprendizaje provistos de herramientas digitales que permiten una mayor interacción y una medición y gestión adecuada de su enseñanza.
Desde que en 1728 Caleb Phillips publicó un anuncio en el periódico de Boston para solicitar potenciales estudiantes de un curso de escritura abreviada, entregados por correspondencia, la educación a distancia —hoy virtual— ha evolucionado sin límites. Los ambientes tradicionales de aprendizaje, compuestos por sillas, tableros y tiza, ocupan casi toda la historia educativa del mundo y fue solo hasta 1858 cuando se entregaron los primeros grados en línea disponibles por la Universidad de Londres. El revolcón llegó en 1990, cuando el universo pedagógico conoció la primera LMS —la forma abreviada en inglés de Learning Management System, o Sistema de Gestión de Aprendizaje—: una manera de simplificar la enseñanza al conectar todas las herramientas digitales que emplean los maestros en un lugar de difícil acceso. Se trataba de Firstclass, una plataforma que se ejecutaba en computadores personales Macintosh, y que hoy todavía funciona ofrecida por la empresa Open Text, adaptable a todo tipo de dispositivos y efectiva tanto para entornos educativos como corporativos. Hoy, LMS es esencial en casi todas las instituciones educativas del mundo. Una de las que más apoya el éxito de los estudiantes en el siglo XXI es Canvas LMS, que tiene la tecnología necesaria para que enseñar y aprender sea más fácil. “La educación nunca fue tan esencial para formar estudiantes para el mercado de trabajo y la economía global”, señala uno de sus voceros en Colombia. “Como podrá imaginar (o peor, como habrá comprobado), ni todos los LMS se crean de igual manera y tampoco cumplen con la promesa de simplificar las cosas. Lo que distingue a un gran LMS de los demás es la pregunta: `¿Es fácil de usar?’. Y ahí es donde Canvas entra en juego”, agrega. Canvas fue lanzado en 2011 por una empresa de tecnología que adora la educación, llamada Instructure, y que ahora cuenta con más de 900 empleados, incluyendo su equipo de América Latina que habla con fluidez español y portugués, y brinda asistencia a toda la comunidad latina. Pero está compuesto realmente por más de 2.000 universidades, distritos escolares e instituciones de todo el mundo que lo usan. Estos sistemas de enseñanza disfrutan de varias ventajas tanto para el cuerpo de profesores como el estudiantado, como administración de cursos, desarrollo de contenido, unidades de aprendizaje, contenido de libros en línea, administración de información personal, tableros de discusión, gestión
del conocimiento, aula virtual (herramienta de colaboración en tiempo real), actividades (tareas), evaluaciones, centro de calificaciones, protección a la originalidad, gestión y seguimiento al estudiante y foros de discusión. Este tipo de enseñanza y aprendizaje está aprobado por el Ministerio de Educación. De acuerdo con esta entidad, la educación virtual, también llamada ‘educación en línea’, se refiere al desarrollo de programas de formación que tienen como escenario de enseñanza y aprendizaje el ciberespacio. En otras palabras, la educación virtual hace referencia a que no es necesario que el cuerpo, tiempo y espacio se conjuguen para lograr establecer un encuentro de diálogo o experiencia de aprendizaje. “Sin que se dé un encuentro cara a cara entre el profesor y el alumno, es posible establecer una relación interpersonal de carácter educativo”, conceptúa el Ministerio. “Desde esta perspectiva —agrega—, la educación virtual es una acción que busca propiciar espacios de formación, apoyándose en las TIC para instaurar una nueva forma de enseñar y de aprender”. Para esa cartera, la educación virtual es una modalidad de la educación a distancia e implica una nueva visión de las exigencias del entorno económico, social y político, así como de las relaciones pedagógicas y de las TIC. “No se trata simplemente de una forma singular de hacer llegar la información a lugares distantes, sino que es toda una perspectiva pedagógica”, concluye.
LOS MILLENNIALS AL TABLERO
Existe una generación que está llamada a usar en gran medida este tipo de ambiente de aprendizaje: los llamados millennials (o generación Y), que de acuerdo con los expertos tienen entre 22 y 36 años y nacieron entre 1981 y 1995 con la nostalgia de la tradición pero también con la ansiedad del desarrollo y las nuevas tecnologías que emplean como si fueran un apéndice más de su cuerpo. Según la consultora internacional Deloitte, en pocos años representarán el 75 % de la fuerza laboral mundial. Detrás de ellos vienen los centennials (o generación Z), que llegaron al mundo a partir de 1997 con un smartphone o tablet debajo del brazo y con una sobreexposición a la información y a la era digital jamás vista. Los ambientes de aprendizaje para estas generaciones deben tener en cuenta los análisis que se han hecho sobre ellas. Se sabe que son más impacientes, más competitivos y tecnológicos que sus antecesores y que buscan que la formación que reciben tenga utilidad real en su futuro laboral, debido al contexto de globalización en el que se desarrollan. Los millennials y los centennials obligan a las instituciones educativas a darle un vuelco al sistema de enseñanza, debido a su particular visión del mundo. “La diferencia más clara entre ellos es el producto educativo que consumen. Mientras la generación Y es cliente potencial de programas de posgrado (especialización, maestría y doctorado), los Z lo son de los pregrados”, señala Antonio Alonso, Ph. D. en Economía, Dirección y Gestión de Empresas y profesor de la Universidad Sergio Arboleda. Marc Prensky, considerado el mayor experto en tecnología y aprendizaje del mundo, bautizó a los millennials y a los centennials, como ‘inmigrantes digitales’ y ‘nativos digitales’ y, luego de realizar en 2011 más de 1.000 entrevistas a jóvenes de toda clase de edades y estratos, concluyó que las nuevas generaciones no están interesadas en la educación centrada en charlas teóricas y magistrales, sino en un sistema participativo y colaborativo que les permita potenciar sus intereses y que esté conectado con la realidad. “Quieren crear empleando para ello las herramientas de su tiempo”, explica Prensky. De ahí que sea vital incorporar tecnologías como los LMS para lograr incidir en el aprendizaje. En ello está de acuerdo Pilar Llacer, experta y profesora de EAE Business School. Según ella, los sistemas actuales de educación fueron diseñados en los años cincuenta y tienen la desventaja de ser unidireccionales: “Yo te hablo y tú te formas a partir de lo que te cuento”, dice. Y aconseja ambientes de aprendizaje centrados en el estudiante, “que les incite a querer aprender, porque eso los va a cualificar para el futuro”. Como asegura el vocero de Canvas: “La educación nunca fue tan esencial para formar estudiantes para el mercado de trabajo y la economía global”.
LA EDUCACIÓN VIRTUAL ES UNA MODALIDAD DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA E IMPLICA UNA NUEVA VISIÓN DE LAS EXIGENCIAS DEL ENTORNO ECONÓMICO, SOCIAL Y POLÍTICO, ASÍ COMO DE LAS RELACIONES PEDAGÓGICAS Y DE LAS TIC