“Necesitamos currículos con impacto”
Maritza Rondón, rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia, sostiene que la verdadera pertinencia consiste en llevar a las regiones los programas que se requieren.
SEMANA EDUCACIÓN (S.E.): ¿Cuáles son los cambios que se están llevando a cabo en la institución? MARITZA RONDÓN (M.R.): Estamos transformando nuestro modelo educativo, implementando una formación de enfoque por competencias. A su vez, hemos cambiado nuestra estructura organizacional y los sistemas de contratación de los profesores y empleados; también estamos manejado unos paquetes de estímulos que llamamos “Programa más juntos”, el cual no solo se trata de que haya un salario, sino que manejamos el concepto de salario emocional. Podemos decir que estamos consolidando una nueva universidad. S.E.: ¿En qué consiste el modelo de enfoque por competencias? M.R.: Queremos que los estudiantes estén articulados en una triada entre el ser, el saber y el hacer. A través de este modelo privilegiamos la articulación de estos elementos para que la persona se desarrolle de manera integral. La población de nuestra universidad son estudiantes de estratos 1, 2 y 3. Los tenemos que preparar para el trabajo en el mundo y nuestro modelo tiene que ir a las realidades de cada región. Pero además, las competencias son una unidad internacional de conocimiento. Si vemos los modelos que se aplican en la Unión Europea, como el Plan Bolonia, están fundamentados por competencias también. Queremos hacer que las competencias sean aplicables en cualquier parte. S.E.: ¿Cómo se evalúa a un estudiante por competencias? M.R.: La universidad ha preparado una estrategia con aliados nacionales e internacionales para desarrollar un sistema institucional de evaluación por competencias. En un futuro la universidad podrá certificar habilidades específicas por medio de nuestras pruebas, lo que permite personalizar los itinerarios de formación. Junto a este proceso, incorporamos las tecnologías y la presencialidad. Con esto pretendemos que a los estudiantes que lleguen a la universidad se les haga una batería de pruebas de competencias genéricas para saber cómo llegaron. Luego aplicaremos pruebas al terminar el primer semestre; más tarde, en el segundo; después, en el quinto y el séptimo, y finalizamos en el último semestre. Esto con la finalidad de prevenir la deserción por rendimiento académico, preparar a los estudiantes a las pruebas Saber Pro y que superen el promedio nacional. S.E.: Dentro de poco se abrirá el Centro de Monitoreo a lo Largo de la Vida, ¿en qué consiste? M.R.: Queremos caracterizar a nuestro estudiante en todo momento. Tenemos diferentes fuentes como la caracterización sociodemográfica, los resultados de la prueba Saber 11 y otros datos como si el estudiante será el primer profesional de la familia (un factor muy importante para el éxito académico de los jóvenes). Con toda esta información conocemos el contexto de los alumnos y monitoreamos su proceso de formación. Pero el proceso no acaba cuando el joven se gradúa, sino que se sigue monitoreando después para ofrecer un portafolio pertinente de formación posgradual. S.E.: ¿Qué tan pertinente resulta aplicar este modelo de monitoreo y evaluación por competencias? M.R.: La verdadera pertinencia consiste en llevar currículos que obedezcan a las necesidades de las regiones y que generen impacto económico, político y social. En primer lugar, nuestro modelo es flexible y brinda una formación de acuerdo a las competencias de cada alumno. En segundo lugar, hay una unidad universal y tiene un valor agregado grandísimo, pues el estudiante aplica sus conocimientos en escenarios reales y protegidos. Tenemos cerca de 210 ambientes prácticos de aprendi-
zaje, entre laboratorios, laboratorios de reanimación, biología molecular, clínicas odontológicas, un hospital de tercer nivel, más de ocho granjas para medicina veterinaria, cuatro clínicas para animales de compañía y un quirófano para animales grandes para que nuestros chicos apliquen el ser, el saber y el hacer en escenarios adaptados a la vida real. Hay que resaltar que el modelo tiene pertinencia con las necesidades de las regiones, pues estamos vinculados con el sector real y, a medida de que haya nuevas demandas en el mercado, nosotros actualizaremos las competencias de nuestros estudiantes.
S.E.: ¿Cuál es el valor agregado de la universidad y cómo aporta a la sociedad?
M.R.: Por ser una universidad que funciona bajo una modalidad multicampus nuestra realidad es compleja, por eso tenemos demarcada una ruta de la excelencia. En los estudiantes, fomentamos la solidaridad y la asociatividad dentro de unos esquemas económicos diferentes a lo que habla el capitalismo tradicional. Es por eso que el emprendimiento social es otro de los elementos trascendentales que inculcamos en todos los alumnos. Por nuestra condición de multicampus, los estudiantes pueden movilizarse por las diferentes regiones sin afectar su proceso de formación y esto es muy importante para que la educación se descentralice y fortalezca la permanencia del capital humano en todas las regiones. Y claro, hay que agregar el modelo con enfoque de competencias y el uso de las tecnologías como otro valor agregado.
“NUESTRO MODELO POR COMPETENCIAS TIENE QUE IR A LAS REALIDADES DE CADA REGIÓN. ES POR ESO QUE NUESTROS PLANES DE ESTUDIO SON FLEXIBLES Y SE ADAPTAN A LAS NECESIDADES PRODUCTIVAS DE LAS DIFERENTES ZONAS DEL PAÍS”.