Zanahoria y Garrote
Influenciados por sus raíces culturales, los sistemas educativos orientales y occidentales conciben sus sanciones disciplinarias de maneras diametralmente diferentes. Así, de uno y otro lado del globo crecen generaciones cuya relación con la autoridad está directamente relacionada con la forma en que aprenden.
Cuando la profesora notó las heridas en las manos del niño, no dudó en llamar a la Administración de Servicios Infantiles para reportar el caso. La madre, una inmigrante china que la tarde anterior le había pegado a su hijo porque no estaba haciendo su tarea, no preveía las consecuencias que tendría aquel castigo. Un día más tarde, la policía le quitó la custodia de sus tres hijos por abuso físico. Varias organizaciones sin ánimo de lucro y otras no gubernamentales se han esforzado por explicar las diferencias culturales respecto a los métodos disciplinarios, con el fin de evitar que las familias inmigrantes tengan que enfrentarse con la Policía. En un panfleto de la Coalición de Niños y Familias Asiático-americanas, la organización explicaba: “En la cultura china, la familia es lo más importante. Una familia china espera que su hijo se convierta en su soporte, sea obediente y buen estudiante. En Estados Unidos, el individuo es lo más importante. Esta sociedad puede considerar que ciertas medidas disciplinarias son demasiado fuertes, especialmente si el niño es herido física y psicológicamente”. Cuando las familias inmigrantes toman cursos informativos sobre lo que es aceptado como conducta disciplinaria en el país norteamericano, argumentan que los estadounidenses no saben poner límites y que malcrían a sus hijos. La discusión sobre cómo trazar límites y en qué punto hacerlo trasciende el campo disciplinario, ya que, en las aulas, la disciplina media la transmisión del conocimiento. Un estudio conducido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), a partir de los datos del último informe Pisa, reveló que ni el número de computadores por aula ni el tamaño de las clases influyen tanto en la mejora de los resultados académicos como el clima disciplinario en el aula, responsable del 30% de la mejora en los resultados de esta prueba. La manera en que cada una de las culturas impone sus normas y le enseña a sus niños los valores que desea transmitir varía de frontera a frontera, y lo que algunas consideran un castigo es para otras la norma. Las corrientes disciplinarias, sin embargo, parecen tener una relación directa con cómo los estudiantes y sus culturas conciben el estudio y, al final, sus resultados en pruebas internacionales.