Lo que nos cuentan
Colsubsidio trabaja para transformar los procesos inclusivos. Por más de 17 años ha buscado ofrecer a la población con capacidades especiales, opciones y oportunidades de calidad.
La gerencia de Educación y Cultura de Colsubsidio concibe el proceso de inclusión como el derecho que tienen todos los niños a ser reconocidos como miembros de la comunidad educativa a la que pertenecen, sin importar su condición, nivel socioeconómico, cultura de origen, ideología, sexo, etnia o situación personal derivada de una discapacidad física, intelectual, sensorial, superdotación intelectual, emocional o social. Por ello, propone el desarrollo de la convivencia a través de estrategias que apoyen sus procesos de desarrollo integral. Frente a los cambios actuales y a la transformación constante de la educación inclusiva, Colsubsidio ha venido trabajando por más de 17 años en procesos de calidad, buscando que sean acordes a las necesidades y fortalezas de la población con capacidades especiales. Esto nos ha permitido enfrentar cualquier cambio, no solo de los estudiantes, padres familia y colaboradores, sino también del entorno de nuestros planteles educativos. “Cuando logramos impactar a un estudiante que presenta ritmos y estilos de aprendizaje diferenciales, impactamos a toda una familia. Contribuimos así en su formación pedagógica, en sus procesos socioculturales, y mejoramos su relación e interacción con la sociedad”, afirma Adriana Gutiérrez, gerente de Educación y Cultura de Colsubsidio. Teniendo en cuenta el contexto social del país y las políticas públicas, Colsubsidio ofrece programas de educación que inician en los primeros años de vida. Además, brinda a sus afiliados y a las poblaciones más vulnerables de Bogotá y Cundinamarca una educación inicial de calidad que se caracteriza por ser flexible, pertinente y oportuna. En esta institución se valora entonces a cada niño y niña como un sujeto que construye y vive en circunstancias particulares. La educación inclusiva incorpora estrategias que favorecen la participación de la primera infancia y de sus familias para que haya un impacto y una responsabilidad social concreta, atendiendo a los cuatro principios que conceptualizan la mirada y la dinámica pedagógica propia de la primera infancia: equidad, pertinencia, relevancia y accesibilidad. Para hacer evidente esta apuesta de educación inclusiva, Colsubsidio tiene como aliados estratégicos a profesionales de la caja de compensación que trabajan por dejar huella en cada niño y sus familias y brindar una atención de calidad. La experiencia de Colsubsidio en atención a niños e inclusión se remonta a muchos años atrás, y quienes han trabajado desde hace tiempo con la entidad recuerdan con emoción y sentimiento cada una de las historias vividas; gratificantes experiencias que dan cuenta de un trabajo fructífero y esperanzador, que permite brindar una mejor calidad de vida, construir un proyecto, brindar felicidad y desarrollo a los niños y sus familias.
❚ UNA HISTORIA EN MAIPORÉ
Gabriela Sáenz Agudelo tiene cinco años y está en transición. Sus padres, Leidy Yulieth Agudelo y Hernán Mauricio Sáenz, son sordos. Gabriela es beneficiaria del proceso educativo que ofrece Colsubsidio
“Cuando logramos impactar a un estudiante que presenta ritmos y estilos de aprendizajes diferenciales, impactamos a toda una familia".
en Maiporé, y su padre es empleado de la caja de compensación en el área de medicamentos. Esta familia goza del beneficio de subsidio de vivienda desde hace un par de años. Con este y otros auxilios obtuvo una línea de crédito y, con ella, adquirió un apartamento en la ciudadela Maiporé de Colsubsidio. Los papás de Gabriela y Milena Montoya, coordinadora académica del colegio y especialista en inclusión, se reúnen periódicamente para trabajar en el desarrollo de estrategias que mejoren la comunicación entre ellos, su hija y el colegio. Están elaborando en conjunto el Diccionario integrado de señas, palabras e imágenes, con el fin de que Gabriela afiance el reconocimiento de la lengua de señas en casa y en el colegio y mejore así sus procesos de socialización. Frente a esta experiencia, Adriana Gutiérrez afirma que “Colsubsidio se compromete a contribuir en la construcción de proyectos de vida de nuestros niños y niñas, trabajando de la mano de políticas públicas inclusivas, generando escenarios flexibles y propicios para transformar la dificultad en fortaleza. Colsubsidio está comprometido con dejar huella social”. Cada historia exitosa en el proceso de educación inclusiva es “la satisfacción del deber cumplido en el cierre de brechas sociales”, afirma la gerente de Educación y Cultura de Colsubsidio, al recordar casos como el de un estudiante diagnosticado con autismo, quien según el dictamen médico no podría leer ni escribir y que con el apoyo, el amor y la dedicación de cada uno de los docentes de Colsubsidio, no solo logró aprender a leer y a escribir sino también empezó a practicar natación como estrategia para canalizar sus emociones. A lo largo de su proceso avanzó notablemente, se le realizaron adaptaciones curriculares y flexibilización diferencial en clase. Otro caso significativo es el de un estudiante con una deficiencia cognitiva. La familia lo apoyaba al ciento por ciento, pero con una desesperanza muy grande, pues el panorama médico no era el más alentador: él era muy tímido, introvertido, casi no interactuaba con los compañeros y en ocasiones se sentía emocionalmente inseguro. El colegio trabajó conjuntamente con la familia a partir de estrategias sencillas. Su proceso, al igual que los antes señalados, le permitieron superar los retos y llegar al punto más alto de gratificación y orgullo para la familia y los docentes: el día que lo vieron graduándose de bachiller y leyendo el discurso de grado en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez.