Ciencia y cultura, elementos inseparables de la educación
Con programas educativos innovadores centrados en las experiencias integrales, Colsubsidio le apuesta a la transformación del país.
En los procesos de aprendizaje es relevante propiciar espacios de interacción entre los estudiantes y espacios de creación científica, convirtiéndolos en seres integrales que respondan a las demandas del mundo actual. Bajo esa premisa, Colsubsidio, desde hace más de 25 años, ha hecho de la cultura y la educación ejes transversales en todas las dimensiones de la vida de los estudiantes. Adriana Gutiérrez, gerente de Educación y Cultura de Colsubsidio, sostiene que “no se puede hablar de educación sin tener en cuenta que la cultura, el arte, la ciencia y la tecnología terminan siendo el motor que promueven la integración de diversos saberes innovadores”. Reconocer la integralidad de los lenguajes artísticos en la educación, es lo que ha permitido a Colsubsidio diseñar e implementar un proyecto educativo que combina el conocimiento científico con las competencias del siglo XXI. Para
“DURANTE MÁS DE 25 AÑOS COLSUBSIDIO HA LIDERADO LA INCLUSIÓN DE PROGRAMAS CULTURALES QUE APOYAN EL SISTEMA EDUCATIVO”.
Gutiérrez, “los niños, desde muy pequeños, deben fortalecer la exploración creatividad, la curiosidad y la sensibilidad. Por eso, tenemos la convicción de que la cultura, la promoción de la ciencia y el arte son elementos inseparables en los diferentes ciclos de formación”. Por esto, en convenio con la gobernación de Cundinamarca, Colsubsidio puso en marcha la Red de Ludotecas en 2001 para generar espacios que potencian las habilidades y capacidades de los niños a través del juego, la ciencia y la tecnología. Este programa, hoy conocido como centros interactivos (Crea-innova Labs), busca favorecer la generación de proyectos desde los propios intereses de los niños de 20 municipios. Con el auge de las tecnologías digitales en las dinámicas educativas y culturales, la organización le apostó en 2010 a la cultura científica y tecnológica al asumir la administración del Museo de los Niños de Bogotá, que durante más de 30 años había sido un espacio cultural dirigido a la población infantil y juvenil. Además, inició un proceso de transformación de las Bibliotecas Sobre Ruedas, ahora conocidas como Social Lab, una apuesta por la innovación a través de la cultura que promueve la formación y la promoción de la lectura. Para lograr un impacto más amplio, se instalarán 30 estaciones de lectura alrededor de Bogotá.