Aprenda a distribuir el tiempo entre la universidad y el trabajo
Cumplir con varios compromisos al tiempo podría convertirse en un problema para muchos estudiantes, sn embargo, todo esto se puede cumplir con disciplina y dedicación.
Estudiar y trabajar al tiempo es una actividad cada día más común entre los jóvenes, quienes además de apostarle a su formación profesional, ven la necesidad de ganar experiencia en su área de estudio y además poder generar ingresos para cumplir con sus obligaciones.
Aunque los expertos lo ven como una buena opción, porque pueden poner en práctica los conocimientos aprendidos en el aula, lo cierto es que para muchos estudiantes algunas veces esto puede convertirse en un problema, al no saber cómo lidiar con ambas responsabilidades al tiempo.
Ante ello, Carmen Ricardo, directora del departamento de Educación de la Universidad del Norte, recomienda que si se pretende cumplir de manera satisfactoria con ambas responsabilidades, se debe crear un cronograma de trabajo, porque una persona organizada puede manejar su tiempo y priorizar sus necesidades aunque implique sacrificios.
Dentro de la agenda, señala Ricardo, hay que tener en cuenta los tiempos de trabajo y por supuesto, la dedicación que se le debe al desarrollo de las diferentes actividades académicas.
De acuerdo a la experta, “además tener presente que hay familia y amigos y para cumplir con todos se deben hacer algunos sacrificios en el número de horas de nuestra
actividad diaria para asumir estos todos esos roles”, y agrega que la “clave está en la buena administración del tiempo y eso es esencial para poder hacerlo rendir y tener buenos resultados”.
EL ESTUDIANTE QUE TRABAJA
Juan José Acosta Osio, rector de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, señala que producto de la recesión económica en que nos encontramos inmersos, necesariamente la población estudiantil debe distribuir su tiempo entre el trabajo y el estudio; por cuanto resulta imposible, en la mayoría de los casos, contar con el respaldo o apoyo económico desde su núcleo familiar para financiar sus estudios.
Ahora bien, las ventajas de realizar ambas actividades implican por un lado aplicar los conocimientos teóricos en la práctica, otorgándole mayor experticia ante quienes no laboran, lógicamente si realiza sus labores en la misma área de estudios.
“Esta alternativa de trabajar y estudiar al tiempo se constituye en un mecanismo para poder realizarse profesionalmente y crecer personalmente”, anota Acosta Osio.
Como desventaja señala la limitación que tienen los estudiantes en la selección de la oferta académica que se presenta estrictamente en horarios diurnos, dada la naturaleza de las mismas.
Por su parte, la estudiante Laura Patricia Cera, quien cursa una especialización en Educación en la Universidad del Norte, sostiene que aunque puede cumplir con sus obligaciones a diario, las jornadas son exhaustivas y en algunos casos ha pensado en abandonar los estudios.
“Trabajar es lo que todos queremos, sobre todo cuando contamos con una formación como profesionales, sin embargo, alternarlo con estudios es bastante complejo, porque no solo asistes a clase, sino que debes cumplir con responsabilidades fuera del aula”, agrega la estudiante.
Su jornada como empleada comienza a las 5 de la mañana y termina a las
6 de la tarde. Los viernes y sábados debe asumir su rol de estudiante para luego asistir a reuniones familiares y si le queda tiempo verse con algunos amigos.
La estudiante advierte que aunque no es fácil, el sacrificio que actualmente está haciendo le servirá para tener más y mejores oportunidades en adelante, así como para devengar un mejor salario.
Juan José Acosta Osio, rector de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, señala que producto de la recesión económica en que nos encontramos inmersos, necesariamente la población estudiantil debe distribuir su tiempo entre el trabajo y el estudio; por cuanto resulta imposible, en la mayoría de los casos, contar con el respaldo o apoyo económico desde su núcleo familiar para financiar sus estudios.
Ahora bien, las ventajas de realizar ambas actividades implican por un lado aplicar los conocimientos teóricos en la práctica, otorgándole mayor experticia ante quienes no laboran, lógicamente si realiza sus labores en la misma área de estudios.
“Esta alternativa de trabajar y estudiar al tiempo se constituye en un mecanismo para poder realizarse profesionalmente y crecer personalmente”, anota Acosta Osio.
Como desventaja señala la limitación que tienen los estudiantes en la selección de la oferta académica que se presenta estrictamente en horarios diurnos, dada la naturaleza de las mismas.