El Colombiano

2200 hombres le siguen el rastro a “Otoniel”

- Por NELSON MATTA COLORADO

La toma masiva de algunos sitios en Urabá por parte de la Fuerza Pública ya ajustó seis semanas. Van 37 capturas.

Desde los tiempos de Pablo Escobar no se veía en Colombia una operación de la Fuerza Pública tan grande en contra de un narco.

La misión de 1.200 policías desplegado­s en la Operación Agamenón, y 1.000 militares asignados a la recién creada Fuerza de Tarea Neptuno, no es otra que destruir el imperio criminal de Dairo Úsuga David, alias “Otoniel”, el líder de la banda “los Urabeños” y el capo más buscado del país.

EL COLOMBIANO tuvo acceso al dosier de Agamenón, el esfuerzo que concentra a todas las especialid­ades de la Policía en 8 municipios del Urabá antioqueño y chocoano (Necoclí, San Pedro de Urabá, Turbo, Carepa, Apartadó, Chigorodó, Unguía y Acandí).

Según el documento, “esas zonas se han convertido en el centro del andamiaje y despliegue criminal” de la estructura, para el “tráfico interna- días ajusta la operación sostenida en Urabá; en principio se planificar­on 60.

cional de cocaína, tráfico de armas, extorsión, minería ilegal, microtráfi­co, sicariato, presión violenta a la comunidad, zona de confort y refugio tradiciona­l de los cabecillas”.

Desde que comenzó la acción, el pasado 3 de febrero, han sido capturados 37 presuntos integrante­s del clan. Sobresalen los arrestos de Blanca Madrid y Hárlinson Úsuga, la cónyuge y el sobrino de “Otoniel”, respectiva­mente; así como de Abimael Coneo (“Torta”), el supuesto cabecilla político de la facción.

También fue recapturad­o Merardo Peña, uno de los protagonis­tas del escándalo del 27/12/13, cuando tres “urabeños” se fugaron de la cárcel El

Pedregal de Medellín con una orden pirata de un juzgado de Canalete (Córdoba).

El día que más cerca habrían estado de “Otoniel” fue el 3 de febrero, cuando los comandos chocaron contra uno de sus anillos de seguridad en área rural de Unguía, frontera con Panamá. Allí murió un presunto escolta y otro quedó herido, incautándo­les un fusil, un revólver, municiones, un computador y dos celulares.

Y el 23 de febrero decomisaro­n en el mismo municipio 3,1 toneladas de cocaína que iban para Centroamér­ica, con destino final en E.U., cuyo gobierno ofrece recompensa de 5 millones de dólares por Úsuga.

También han inmoviliza­do 4 de las cuatrimoto­s que emplean estos “urabeños” para desplazars­e y les incautaron 20 kilos del explosivo anfo.

Para recuperar la confianza de la gente y arrebatárs­ela a los narcos, los uniformado­s emplean camiones cisterna para repartir agua en sitios sin acueducto, como el corregimie­nto Nueva Antioquia de Turbo; y la vereda La Changa y los corregimie­ntos Caribia y Mello Villavicen­cio de Necoclí.

“No solo se trata de golpear a una banda, sino de llevar respuestas a comunidade­s que están altamente expuestas a las economías criminales”, indicó el ministro de De- fensa, Juan Carlos Pinzón.

El trabajo con la comunidad incluye la repartició­n de 25.000 volantes con los rostros de los cabecillas perseguido­s, haciendo énfasis en que a la fecha se han pagado recompensa­s de hasta 1.300 millones de pesos por informació­n que ayudó a capturar a otros líderes desde 2009.

Además de “Otoniel”, la Policía enfocó su operación en los otros miembros de la cúpula de “los Urabeños”: alias “Marcos Gavilán”, “Nicolás”, “el Indio” y “Guagua”, quienes sostienen un aparato criminal de 2.650 integrante­s en 17 departamen­tos de Colombia y redes en América y Europa.

El general Rodolfo Palomino, director de la Policía, invitó “a la comunidad de Urabá, a los buenos urabeños, a que con su informació­n ayuden a capturar a ‘Otoniel’ y se ganen la recompensa. Aquí nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario”

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