Tanto en la zona de Santander
asociada a la geodinámica de la placa Paleocaribe y el Nido Sísmico de Bucaramanga corresponde al punto de inflexión de la estructura”.
Ese es el otro componente de la alta sismicidad: la existencia del llamado Nido Sísmico de Bucaramanga, uno de los más activos del planeta.
Este se da, según el investigador Carlos Coral-Gómez como “consecuencia de una alta concentración de esfuerzos causada por la convergencia hacia el bloque andino de las placas litosféricas mayores de la región (Caribe, Nazca, Suramérica)”.
Todos esos factores inciden en el elevado número de temblores, la inmensa mayoría imperceptibles y casi todos a gran profundidad.
En el resto del país la sismicidad está asociada a la subducción de la placa del Pacífico con eventos superficiales y profundos, mientras que la sismicidad superficial es pro- ducto de la deformación de la corteza en la zona andina contigua a los principales sistemas de fallas del piedemonte de las cordilleras.
Energía
Un temblor o terremoto, valga aclarar, es la liberación de la energía acumulada durante la fricción entre las placas y fallas (estas son rupturas en la corteza en la que cada lado tiene su movimiento).
La placa del Caribe se mueve unos 20 milímetros año y la del Pacífico-Nazca, que pertenece al cinturón del fuego desde Asia, se mueve casi 6 centímetros al norte