Arquitecto urbanista, Domenico Di Siena, está en Medellín.
Doménico Di Siena, uno de los máximos representantes de las ideas de transformación urbana mediante lo social, comparte hoy sus experiencias en la ciudad.
Mucho se habla hoy acerca del urbanismo y de su importancia para el crecimiento de las ciudades. De cómo debe existir una planeación y una ejecución acorde a las características de los territorios y de las personas que lo habitan.
Decenas de expertos en esta materia han visitado Medellín y nos han orientado sobre cómo podríamos aprovechar al máximo las particularidades de nuestro espacio; también nos han señalado qué está mal y en qué vamos por buen camino. Sin embargo, casi nadie nos ha hablado del “urbanismo humano”.
En este sentido, el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Universidad Eafit invitó a Medellín a Doménico Di Siena, un arquitecto, consultor e investigador italiano, cuyo enfoque laboral se basa en promover un modelo de ciudad con un ecosistema tecnológico- social donde el conocimiento, las acciones colectivas y las interacciones entre personas y espacios se potencian para lograr transformación en los espacios.
Di Siena dictará hoy en Medellín la conferencia “Ciudad compartida. Ciudadanías emergentes, inteligencia colectiva y nuevas tecnologías” y luego debatirá sus propuestas con Carlos Cadena Gaitán, PhD, integrante de la Ciudad Verde y coordinador del IV Foro Mundial de la Bicicleta, que se acaba de celebrar en Medellín, y con Jorge Blandón, líder cultural en la Comuna 2 y director de la corporación Nuestra Gente.
EL COLOMBIANO conversó en exclusiva con Doménico Di Siena para conocer un poco más este tema.
¿Por qué es necesario el urbanismo humano?
“Un ciudadano tiene que poder ser protagonista de la construcción de la identidad de su ciudad, de su barrio, de su calle, de su plaza. Lo pueden hacer de una manera cultural, social, en la cotidianidad; en compañía de los vecinos y demás actores de la zona, así se lo podrá dar un carácter a la ciudad. No eres simplemente una persona que le da un uso al espacio tal cual lo define el administrador de turno o las diferen- tes organizaciones; debemos aportar nuestro granito de arena, somos nosotros los que estamos llamados a caracterizar el espacio público”.
¿Cómo lo podemos hacer?
“Con pequeños eventos o encuentros entre vecinos para cuidar de los niños, para arreglar un jardín, limpiar una calle o un parque y no quedándonos ahí esperando a que lo haga el ayuntamiento (Alcaldía); debemos intentar conocernos entre vecinos y entender que todos somos un recurso y que juntos nos podemos apropiar del espacio que habitamos. Cuando algo es nuestro, se quiere y se cuida más que cuando ese algo es solo para usarlo. No es tan difícil hacer cosas con los demás”.
En sus trabajos, usted menciona mucho algo que ha llamado el ‘urbanismo táctico’ o ‘micro urbanismo’, ¿cómo lo explica?
“Simple, desde lo cotidiano, desde el día a día de las personas, todos podemos ser partícipes en la construcción de ciudad. Es importante saber que no siempre los cambios tienen que llegar desde arriba, muchas veces los cambios que estamos buscando, los tenemos que empezar nosotros mismos, con nuestros vecinos. Si quieren una mejor calidad de vida en tu barrio, cada individuo debe empezar a actuar en pro de ese cambio”.
Aquí en Medellín tenemos los presupuestos participati- vos, ¿en qué se diferencia eso a lo que usted propone?
“Cualquier propuesta que se promueva desde un presupuesto participativo, seguramente es positiva. Lo que hay que ver siempre es cómo se implementa, cómo intentar que no se trate simplemente en detectar o evidenciar el problema y que se destine un dinero para resolverlo, sino que podamos ser capaces de utilizar esos recursos para que los propios ciudadanos formen parte de la solución. Vuelvo e insisto, no nos podemos limitar a solo ser usuarios, a dedicarnos solo a señalar los problemas y esperar a que otros los solucionen; hay que ir más allá, hay que participar en la ejecución de la solución. Debemos trabajar de forma colaborativa, seguir una serie de pasos en los que, a medida que
“Desde lo cotidiano, desde el día a día de las personas, todos podemos ser partícipes en la construcción de ciudad”. “No nos podemos limitar a solo ser usuarios, dedicarnos solo a señalar los problemas y esperar a que otros los solucionen”.
vaya avanzando el proceso, más personas se van involucrando, obviamente con la ayuda técnica y la orientación de la administración pública”.
¿Cómo nos pueden ayudar las nuevas tecnologías para aplicar eso?
“Las nuevas tecnologías son muy importantes porque ayudan con la comunicación. Con la facilidad que tenemos hoy para acceder a Internet a través de dispositivos móviles, podemos integrar lo digital al urbanismo con el propósito de organizarnos como ciudadanos sin la necesidad de intermediarios. Podemos combinar la tecnología con lo social, así tendremos una inteligencia colectiva situada, es decir, muchas personas conectadas logrando generar mejores soluciones para un
bien común territorial”.
¿Existe algún caso de éxito que Medellín pueda tener como referente?
“No soy muy partidario de seguir modelos, de hecho Medellín es un modelo, es una ciudad muy conocida en el mundo como un territorio que ha sabido transformarse. Rara vez los modelos son exportables aunque se puedan aplicar algunas cosas. Cada ciudad tiene sus especificidades, características y dinámicas que la hacen única”