GOBERNADOR DE ANTIOQUIA, SERGIO FAJARDO
¿Cuál es su recuerdo de él como amigo?
“Combinaba muy bien la inteligencia para entender a las personas y resolver los problemas con sabiduría. Su sencillez y forma de ser le permitía abordar a las personas de manera cercana, sin ningún desespero, tranquilo. Tenía un poder que ejercía de manera sabia, con cuidado, con respeto, con capacidad de recoger el consejo certero. Todo esto lo combinaba muy bien, además con un fino humor”.
¿De qué tipo?
“Tenía la capacidad de reírse de sí mismo, de mirar la vida de forma alegre, con afecto. No se tomaba en serio ni a él mismo y eso le facilitaba la relación con las personas. Esas son las verdaderas condiciones de liderazgo, con virtudes como la inteligencia, sencillez, humor y afecto”.
¿Qué lecciones dejó a Antioquia?
“Fue un antioqueño universal. Nunca dejó de serlo, en las circunstancias o lugar que estuviera. Irradiaba las virtudes, la amabilidad, la simpatía, la agudeza para hacer sus comentarios y una capacidad para generar vínculos con las personas a su alrededor que le permitía liderar y dar ejemplo. Era un verdadero líder para Antioquia. Era transparente en el uso del poder y eso le daba mucha más fuerza a sus apreciaciones y su participación donde estuviera”.