Enjaulada

Pocos jugadores pueden decir que con tres lesiones de ligamento continuaron su carrera. Él sí.

Cómo lo van a arriesgar?”, “Huyy, que no lo metan que ese se vuelve a lesionar”, “otra lesión y se le acaba la carrera”. Esos han sido algunos de los comentarios de los seguidores de Jéfferson Duque cada que se recupera de una dolencia. Muchos pensaron que no volvería a jugar fútbol, pero la Fiera siempre regresa con las garras más afiladas.

Y es que no ha sido una ni dos, sino tres veces las que el goleador verdolaga ha sufrido la rotura de los ligamentos de sus rodillas (una con Pereira y dos con Nacional), pero siempre se levanta y vuelve a rugir con más fuerza en las redes contrarias.

Una sola lesión de ligamentos ha retirado a más jugadores de las canchas que las personas que ha jubilado el seguro social. Un ejemplo de lo delicada de esta dolencia es el momento que vive Radamel Falcao García con el Manchester United, club con el que todavía no encuentra su mejor estado de forma después de dos roturas (una con River Plate y la otra con Mónaco).

Lo que pocos conocen de Jéfferson Duque es que para él, superar las lesiones, no ha sido el reto más difícil que le ha puesto por delante la vida.

Duque fortaleció su carácter al crecer en las calles cuesta arriba y estrechas del Popular 2 y pese a todas las carencias que tuvo de niño se propuso ser futbolista profesional, se alejó de los vicios y las malas compañías para salir adelante.

Adriana Patricia Montoya, su madre, respaldaría ese sueño y con mucho esfuerzo se lo ayudó a hacer realidad.

Por eso, desde que sufrió la primera lesión, siempre se acuerda de las necesidades de su familia y dice que se concientiza de que hay personas en situaciones más difíciles que las de él y hace hasta lo imposible por regresar. Su inspiración es su hija Nicol, de seis años de edad.

No es un secreto que, desde su lesión, una de las deficiencias de Nacional ha sido la definición, por eso el técnico Juan Carlos Osorio está feliz de po-

der contar nuevamente con él. “Si Duque no tuviera el antecedente de esas lesiones estoy seguro que estaría triunfando en Europa desde hace muchos años”, dice el estratega verde.

Al delantero esa situación no lo desvela, porque disfruta el conversar con sus amigos, el reunirse con su familia, el respirar el aire de Medellín, entrenar en Guarne o ir al estadio y saltar con la barra de los del Sur cuando no puede jugar un partido de fútbol. “Si puedo terminar mi carrera acá sería un sueño más, porque este club me ha brindado todo y quiero seguir aportándole goles”, asegura La Fiera.

Jéfferson apenas estudió hasta segundo de bachillerato, pero sabe que así como en el fútbol, la vida le da muchas oportunidades y, más adelante, quiere validar y terminar una carrera.

“Siento que todavía las lesiones no me han permitido darle al equipo todo lo que le puedo entregar. Ahora es el momento y con la ayuda de Dios no voy a recaer, después habrá tiempo para prepararme en otros campos que me llaman la atención”.

Anda como una fiera enjaulada, aguarda por tener más oportunidades en las convocatorias del técnico Osorio para volver a ser el goleador que la fanaticada verde extraña.

“Quisiera jugar todos los partidos, siento que todos son como mi primer juego. El haber regresado con un gol en el clásico me llenó nuevamente de confianza”, asegura.

No obstante, sabe que la competencia por la posición está luchada. “Ruiz ha hecho las cosas muy bien, Zeballos y Pablo Velázquez son jugadores muy importantes en ataque. Me gusta más este tipo de retos, porque me esfuerzo cada día por ganarme un lugar”.

Sus rodillas lucen más fuertes que nunca y es que a diario es de los primeros que llega a Guarne para un trabajo de fortalecimiento previo a las prácticas. Incluso, los médicos cuentan que esa mentalidad le ayudó mucho en su proceso de recuperación.

Duque regresó, la hinchada lo pide y hoy quiere ser más peligroso que nunca para sus rivales. La Fiera está determinado en lograrlo