UN CLUB EN EL QUE LOS D
Poseen la habilidad de danzar en el agua a pesar de tener el sentido del oído dormido.
No pueden escuchar la música con la que ejecutan sus movimientos, pero cuentan con una “directora de orquesta”, quien por medio de señas, les ayuda a mantener encendida la llama para alcanzar sus sueños en el nado sincronizado.
Aunque el agua les pega en sus ojos, pocas veces parpadean. Son conscientes de que de su vista parte la concentración para realizar una buena rutina, la cual ejecutan sin ningún problema.
Saben que el tiempo que tienen para estar en la pileta vale oro, por eso lo aprovechan como si fuera un verdadero tesoro.
Son niñas sordas, pero basta con mirar su show en la piscina para darse cuenta que las limitaciones solo están en la mente de cada persona.
Oscilan entre los 7 y 14 años de edad, y con sus figuras atrapan al público y con sus sonrientes rostros lo enamoran.
“No hay dinero que recompense la alegría que se siente al poder dirigir estas lindas niñas”, indica Carolina Acevedo, la entrenadora de las diez deportistas con discapacidad auditiva que pertenecen al Club Academia de Natación Libre, adscrito a la Liga de Antioquia, y el único en Colombia que trabaja con pequeñas en esta condición y de manera gratis.
Ya son tres años de plena labor, y aunque solo entrenan Giraldo Arroyo, Elisabet Yurliza
Julieta Pinto cido trabajar en otros lugares, hasta por más dinero, pero con palabras de amor y ternura dice que con estas pequeñas halló un refugio en el que comparte y adquiere nuevos conocimientos.
“Cada instante que paso con ellas es único. Esta es mi verdadera ganancia en toda mi carrera en el nado sincronizado”, expresa Carolina, quien prosigue. “Hasta ellas me han enseñado a comunicarme por señas, ya que no sabía nada de este lenguaje. Ver sus progresos me llena de mucha satisfacción, y sigo aquí porque mi deseo es que lleguen lejos en este deporte” “Es demasiado gratificante trabajar con estas niñas. Ellas me han enseñado que en la vida sí se puede salir adelante. De esta piscina siempre salgo feliz”.