La Orquesta Sinfónica, 70 años difundiendo la música universal.
Este 2015 es el año de celebración del septuagésimo aniversario de la fundación de la Sinfónica. Una vida de formación y difusión musical.
Setenta años de trayectoria hacen de la Orquesta Sinfónica de Antioquia una de las decanas entre las agrupaciones de su género en Colombia.
Fundada por Sofía Echavarría en 1945, esta Orquesta cumplía con el propósito de su fundadora de generar un espacio para la música. Por más de 50 años, esta señora, aficionada a las artes, impulsó el trabajo de esta agrupación.
Sin embargo, la Sinfónica sufrió una metamorfosis en el último decenio del siglo XX.
Esta transformación se debió, según Juliana Castrillón, administradora de la Orquesta, a la crisis financiera que llevó a su junta directiva a tomar la decisión de cerrarla, entre los años 1991 y 1992.
Sin embargo, en medio del proceso de cierre, los encargados del triste acto, en vista de la cantidad de partituras e instrumentos que quedaban, se preguntaron: ¿qué haremos con todo esto? Y decidieron crear la Fundación Fomento de la Música.
La intención de esta nueva entidad: considerar un enfoque de Orquesta Juvenil y de formación. Era un tiempo en el que, en Medellín, despuntaba la red de Escuelas de Músi-
ca y otras iniciativas de formación musical de los niños.
El resurgimiento
1998 es un año que se recuerda con especial cariño en la historia de la Sinfónica. La orquesta juvenil brindó su primer concierto. A partir de ese momento, los músicos conseguían en la Sinfónica la práctica que les hacía falta para convertirse en músicos profesionales. Además de interpretar piezas del repertorio musical universal, la Corporación también apoya a jóvenes que desean emigrar a otros países a perfeccionar su técnica interpretativa mediante becas.
Una de las músicas becadas, Diana Franco, intérprete de oboe, viajó a Francia en 2007. Allí sopló su instrumen-
to para encontrarle mejores sonidos, por supuesto, pero también tuvo tiempo de conocer una metodología de enseñanza de la música llamada Williems, la cual trajo para proponerla en la corporación Orquesta Sinfónica.
Consiste en la enseñanza de la música a niños desde los cinco meses.
“Está comprobado que los músicos que comienzan su formación desde edades tempranas, tienen más éxito en su carrera”, explica Juliana, quien recuerda que este proyecto recibió el apoyo del Ministerio de Cultura.
Niños de estratos uno y dos se benefician de la formación. Estimulación, de cinco a tres años; iniciación musical, para los de tres a seis años; aprecia- ción musical, para los de seis a trece años. Los mayores de trece, si desean continuar con la carrera musical, tienen posibilidades de hacer práctica orquesta y hasta de llegar a integrar la Orquesta Sinfónica.
Los músicos que han pasado por la Sinfónica mantienen en contacto con ella.
Otro de los becados, Jorge Durango, de Fredonia, viajó a Francia a perfeccionar su ejecución de la trompeta. La beca tenía un cubrimiento de dos años, pero, al terminarse, decidió quedarse de cuenta suya en el país galo a continuar con este estudio. Acude cada año a la Corporación para dictar cursos y talleres de trompeta o bronces.
“Porque uno de los propósitos de tales apoyos educativos es que los jóvenes vengan a enseñar a los otros lo que aprendieron”, dice Juliana.
Este año, el de los setenta de la Sinfónica es una oportunidad para hablar de su historia, podo difundida y más bien olvidada