Y quedarse
Como toda profesión, considero que no es totalmente imposible vivir de esto, pero exige ser muy riguroso, muy disciplinado, muy bueno”.
José Félix Londoño, director y actor del teatro El Trueque
“Más que un oficio es una pasión. El teatro es un vicio, un amor, es como algo que uno hace con el alma y le mete todo su cuerpo y su ser a eso.
Yo llevo veinte años dedicado completamente. Desde que salí del colegio decidí que iba a dedicarme al teatro. Eso viene en la sangre. Mi padre era actor, también teatrero joven y me cayó a mí esa bendita herencia. Mis papás me apoyaron totalmente. Sí había susto y miedo, de qué va a vivir, pero les he demostrado que vivo del teatro y para el teatro.
Hice la carrera en la de Antioquia, pero la carrera principal me la ha dado el quehacer, el oficio. Estar en grupos de teatro, trabajé con teatro El Fisgón, con Matacandelas, La Hora 25. Hacer un recorrido es la mejor escuela, el oficio del actor es estar siempre en las tablas. La escuela te da unas teorías y unas pautas como para seguir, pero la mayor escuela es el quehacer.
Ha sido un camino de peleársela uno, de no desistir, de dar clase. En este medio muchos actores no quieren ser profesores. Igual yo creo que es un sacrificio porque mien-
tras uno está dando clases, enseñando, está también con ganas de ensayar y montar una obra. Yo creo que ese es el objetivo por el que uno estudia teatro, estar siempre en la escena. En este medio no da, tenés que subsistir y dar clases, que te obliga también a otro tipo de estudio. El mayor objetivo que tenemos o el mayor sacrificio es ese, sacrificar la escena por hacer otros trabajos que igual tienen que ver con el oficio, pero que no son completamente voluntarios.
Ahí yo creo que es la contradicción, aunque a mí no me choca enseñar teatro, de hecho muchos alumnos que han pasado por mis manos terminan en el grupo. Yo creo que es aprovechar ese sacrificio en pro del teatro.
Socialmente la familia te hace reclamos, el tiempo para compartir no es mucho y uno se pierde las reuniones, el cumpleaños de la mamá, porque cuando uno está en tantos oficios se aísla un poco y yo particularmente estoy en los de dirigir, actuar, escribir las obras. Yo creo que para mí el teatro es una totalidad, y lo aplico desde todos los puntos de vista. Por supuesto hay que trabajar el doble, estudiar el doble. Yo me hice director por necesidad, quería hacer mi teatro, y eso implica que yo tengo la visión de lo que quiero. Para los actores es también un sacrificio porque les toca hacer la escena conmigo, sin mí, yo desde afuera, yo desde adentro, entonces es un doble trabajo. Yo lo llamaría el teatro total”